sábado, 9 de febrero de 2008

Las previsiones de la bolsa, las incoherencias de los analistas.

En un escenario bajista, como el que se está desarrollando en las bolsas y mercados financieros, se pueden descubrir auténticas joyas de la incoherencia entre toda una serie de actores de profetas y profetillas, de los que salen en la radio. Lo bueno es que las profetillidas se graban y lo malo es que a pesar de los fallos garrafales de previsión y de análisis, siguen hablando. O mejor abriendo la bocaza.

Cuando no se sabe de que va la cosa y cuando no se tienen nociones claras de las cosas.

Y es que realmente existen muchos personajes, algunos muy curiosos, viviendo de esto. En general mediante sus páginas webs, sus intervenciones en la radio ‘especializada’, en artículos en los diarios.

Las formas de vida más utilizadas son las de las intervenciones, pero también está lo de dar cursillos, publicar libros o simplemente tener alguna parte privada en sus webs, donde por una moderada cuota podrán dar consejos ‘utiles’.

Sospecho que la situación actual no es precisamente la más adecuada para estos vividores de la consultoría financiera. El mercado se ha dado la vuelta. El ciclo ha cambiado y por lo tanto, ya no se puede vivir en las mismas condiciones.

Lo fundamental se basa en el cambio de modelo del ciclo. Ya lo he comentado. En el ciclo alcista basta con recomendar valores, en principio los que más van a subir. Y si alguno falla sólo hay que esperar un poco. El mercado acompaña. Y salvo en varios valores con crisis propias, es relativamente fácil sobrevivir con aciertos. Total, si se recomiendan media docena de valores, todos suenan más o menos igual y por lo tanto es fácil olvidarlo.

En esta parte del ciclo, lo importante es no dejar de ganar. Lo importante es alimentar la codicia del pequeño inversor. El pelotazo al alcance del pequeño ahorrados y si no se hace rico es porque no quiere. Con consejeros tan ‘expertos’ es difícil fallar y alimentar los sueños consumistas resulta extremadamente fácil.

Por el contrario cuando el mercado cambia, el ciclo bajista, ya no tenemos los sueños al alcance de la mano. Ya no es tan fácil acertar. A la oscilación propia de las acciones, le sobreviene la oscilación del ciclo, y después la propia tendencia bajista. Por lo tanto, las posibilidades de acertar al alza sobrevienen una auténtica complicación. Por supuesto que se puede ganar dinero en los mercados bajistas jugando al alza, pero hay que saber hacerlo. Y resulta complicado para quienes están acostumbrados a consejos de pacotilla, a base de simplemente engominarse el pelo y soltar toda una amalgama de términos técnicos de lo más ininteligibles posibles, para hacer ver que se sabe.

A las primeras de cambio, las oscilaciones de mercado, tienen a echar a los traders, a los especuladores de dedos inquietos, que no pueden estar sin operar. Cualquier advertencia de que el mercado puede estar enrareciéndose, es malvenida. AL fin y al cabo se trata de un negocio que se basa en la utilización del mercado alcista. La falta de cultura financiera y la propia estructura del mercado que se aprovecha precisamente de esta incultura, hace imposible la utilización masiva de vehículos y productos adecuados de posicionamientos bajistas. Los más utilizados tienden a ser productos apalancados, muchos de ellos con trampas y poca transparencia. Y ello permite que personas sin grandes dotes de conocimientos y análisis, acaben también perdiendo importantes sumas en los mercados bajistas incluyendo el hecho de que la mayoría de ‘expertos’, por no decir todos, se muestran incapaces de realizar recomendaciones en mercados bajistas.

Por lo tanto, lo que tenemos es un crash en el negocio de la recomendación bursátil. Una ruptura en el mundillo de los analistos, que quizás no puedan obtener todos los beneficios que en mercados alcistas obtienen.

La insistencia en la utilización de las mismas estrategias y tácticas de mercado, la búsqueda irracional de los mínimos de mercado, la obsesión por operar a cualquier precio, quizás por seguir siendo útiles, quizás porque no saben otra cosa, mantiene, aún en tiempos complicados, a una buena pléyade de charlatanes y analistillos de pacotilla, que rezan cada noche con un rebote espectacular que les coloque a las puerta de una nueva edad dorada. La poca utilización de la prudencia, ya que de la prudencia no se mueve dinero, o no lo suficiente, mientras en cantos lastimosos siguen con sus gimoteos alcistas de que si esto ya se ha acabado, de que si hemos visto suelo, de que si no se compra ahora perdemos oportunidades... resultan tan patéticos como lo son los bancos, agencias de recomendación y medios de comunicación que los patrocinan y los ensalzan. Lo que me sigue resultando increíble es que haya gente que los escuche y aún más que se los crea.