Reto a contar el número de noticias, su calidad y su intensidad así como las pseudoapreciaciones falsas que las acompañarán en los próximos días acerca de Irán.
Para ello tomaremos el diarios sionistas, globalista y desinformativo La Vanguardia para ir comprobando como se construyen mentiras.
viernes, 11 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
¿Hacia el fin de las Universidades en USA?
No recuerdo si era Ria Novosti o Russia Today quien informaba ayer mismo de que los créditos universitarios ascendían a un trillón anglosajón de dólares.
Tenemos varios problemas. El primero es de corto plazo. Los estudiantes que han pagado parte o la totalidad de sus estudios con préstamos se encuentran que no pueden acceder a trabajos. No ya a trabajos suficientemente remunerados como para pagar los préstamos y seguir un plan de vida, sino ni siquiera en las hamburgueserías. Además los datos nos indican una reducción bastante acusada en la media del coste de hora trabajada.
Eso supone un problema también para las entidades de crédito donde no se puede cobrar a alguien que tiene pocas cosas que vender para pagar. Se suma a los múltiples problemas de las entidades (incluyendo el exitoso plan del OWS para ir sacando dinero de los bancos).
Y aquí es donde nos vamos al largo plazo. Si esto fuera una crisis normal es posible que el bache solo durara medio año, unos meses, pero llevamos años y los problemas y las deudas se acumulan. La estructuración de un crédito para un estudiante tiene un perfil de largo plazo ya que se empieza a pedir el primer años de universidad y de ahí se va acumulando sin pagar (si el estudiante paga dinero es para no pedir más crédito en la matrícula no para pagar el acumulado). Por lo tanto tenemos un esquema aún más complicado que el de la construcción (o casi).
El problema aquí es ver como se catalogan este tipo de créditos en estos momentos para los estudiantes que empiezan a entrar en la universidad y los demandan. Si las entidades están muy saturadas de impagos de los estudiantes que ya han acabado y temen que los próximos años los que vayan saliendo también tengan dificultades, se puede cortar el grifo.
Eso supone que las clases medias, lo que queda de ellas de USA, no tengan un acceso seguro a la formación univiersitaria y aquí es donde está el 'efecto colateral'. En los que ofrecen este servicio, en las Universidades. Públicas o privadas se nutren de las aportaciones de los estudiantes. Si no hay estudiantes deberán reducir sus plantillas, estructuras y adecuarse a la situación con la posibilidad de que pasen a ser estructuras no viables. No hay dinero porque no hay crédito porque no hay clases medias pudientes.
Por supuesto quedarán las universidades elitistas pero en el resto, cuyos niveles de formación son muy cuestionables deberán adecuarse y eso supondrá, en un país donde salen relativamente pocos universitarios con respecto al total de la población, un rubro más en la formación social del país. Tradicionalmente esto se ha arreglado con la importación masiva de profesionales el tercer mundo. Pero ¿Y sí USA deja de ser atractiva incluso para estos profesionales?.
Nos encontramos con una encrucijada donde empiezan a verse problemas de largo plazo que pueden suponer serias dificultades que no serían fáciles de resolver. Y como suele ocurrir en estos casos, las soluciones a corto plazo que marcan el camino a largo pueden suponer acabar en un desmantelamiento del sistema universitario en USA.
Tenemos varios problemas. El primero es de corto plazo. Los estudiantes que han pagado parte o la totalidad de sus estudios con préstamos se encuentran que no pueden acceder a trabajos. No ya a trabajos suficientemente remunerados como para pagar los préstamos y seguir un plan de vida, sino ni siquiera en las hamburgueserías. Además los datos nos indican una reducción bastante acusada en la media del coste de hora trabajada.
Eso supone un problema también para las entidades de crédito donde no se puede cobrar a alguien que tiene pocas cosas que vender para pagar. Se suma a los múltiples problemas de las entidades (incluyendo el exitoso plan del OWS para ir sacando dinero de los bancos).
Y aquí es donde nos vamos al largo plazo. Si esto fuera una crisis normal es posible que el bache solo durara medio año, unos meses, pero llevamos años y los problemas y las deudas se acumulan. La estructuración de un crédito para un estudiante tiene un perfil de largo plazo ya que se empieza a pedir el primer años de universidad y de ahí se va acumulando sin pagar (si el estudiante paga dinero es para no pedir más crédito en la matrícula no para pagar el acumulado). Por lo tanto tenemos un esquema aún más complicado que el de la construcción (o casi).
El problema aquí es ver como se catalogan este tipo de créditos en estos momentos para los estudiantes que empiezan a entrar en la universidad y los demandan. Si las entidades están muy saturadas de impagos de los estudiantes que ya han acabado y temen que los próximos años los que vayan saliendo también tengan dificultades, se puede cortar el grifo.
Eso supone que las clases medias, lo que queda de ellas de USA, no tengan un acceso seguro a la formación univiersitaria y aquí es donde está el 'efecto colateral'. En los que ofrecen este servicio, en las Universidades. Públicas o privadas se nutren de las aportaciones de los estudiantes. Si no hay estudiantes deberán reducir sus plantillas, estructuras y adecuarse a la situación con la posibilidad de que pasen a ser estructuras no viables. No hay dinero porque no hay crédito porque no hay clases medias pudientes.
Por supuesto quedarán las universidades elitistas pero en el resto, cuyos niveles de formación son muy cuestionables deberán adecuarse y eso supondrá, en un país donde salen relativamente pocos universitarios con respecto al total de la población, un rubro más en la formación social del país. Tradicionalmente esto se ha arreglado con la importación masiva de profesionales el tercer mundo. Pero ¿Y sí USA deja de ser atractiva incluso para estos profesionales?.
Nos encontramos con una encrucijada donde empiezan a verse problemas de largo plazo que pueden suponer serias dificultades que no serían fáciles de resolver. Y como suele ocurrir en estos casos, las soluciones a corto plazo que marcan el camino a largo pueden suponer acabar en un desmantelamiento del sistema universitario en USA.
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