sábado, 7 de febrero de 2009

La crisis de ZP

Las cosas no van nada bien en España. La destrucción de empleo es masiva y continua desde el final del verano. Ya había pasado un año malo pero desde septiembre-octubre las cosas se han desmadrado hacia la caída libre. Naturalmente me refiero al empleo. El indicador que debería ser con diferencia, la máxima preocupación de cualquier gobierno con libertad de mercado laboral.

Pero lo interesante es que las cosas no van bien comparándolas con el entorno de España. Sí, es cierto, en USA las cosas están muy mal pero en la Europa del Norte las cosas no van tan mal. Las tasas de paro no son preocupantes. Lo que preocupa es el lento deterioro de las condiciones económicas en general, pero tanto en Francia como Alemania, Benelux... las tasas de paro, se mantienen en torno al 8% con deterioros moderados típicos de economías exportadoras. Sin embargo, el enorme control sobre la economía que mantienen las economías serias como la Alemana, permite considerar los datos como muy próximos a los datos reales. Considerar una tasa de desempleo del 8,2% es preocupante pero no altamente alarmante en el entorno global actual.

En otros países como Italia, con un parón económico desde hace unos años, que permitieron durante unos meses presumir a España del sorpasso en renta per cápita, la situación dice que el paro es del 7,7%. Claro que aquí las cifras ya no son tan creíbles dada la gran importancia de la economía sumergida y otras cuestiones culturales. Incluyendo el fracaso italiano a la hora de aproximar el rico norte con el mezzogiorno.

Las situaciones más preocupantes, alarmantes, corresponden a los denominados PIGS, España, Portugal (cuya economía depende mucho del ritmo de la española), Irlanda, y Grecia, sumida en la ola de protestas que dignifican al pueblo griego frente a la corrupción política. Quizás el caso irlandés sea el menos preocupante y aún así presenta datos que hacen que el modelo se parezca al español. Por una parte la caída de la burbuja inmobiliaria y por otra la caída de las empresas norteamericanas con su propia crisis en su país de origen y que amenazan las inversiones en Irlanda, cabeza de lanza de la inversión norteamericana en Europa del euro en empresas de software. Todo ello ha llevado a doblar la tasa de desempleo hasta alcanzar el 9,2%.

Al menos el modelo irlandés estaba diversificado aunque han fallado ambas patas de apoyo. En una época de contracción, las medidas fiscales de incentivar la inversión empresarial son complicadas cuando se trata de un mercado local pequeño como el irlandés. Aunque Irlanda no está tan mal como España.

Y llegamos a España. Aquí, en España, se ha dicho de todo: que se superaba a Italia, que se era la octava potencia mundial, que los ciclos habían desaparecido, que el modelo de crecimiento era ejemplar... ahora también se dicen burradas que con el tiempo se deberán corregir como que el modelo bancario es ejemplar y otras lindezas.

Pero vayamos por partes. La llegada de Aznar al poder en el 1996, llevó a cabo dos máximas en política económica, reducir los gastos de las administraciones públicas, y seguir el modelo de expansión financiero y financiero-ladrillero iniciado por Solbes al fin de la legislatura socialista de González. Fue durante la segunda fase del gobierno Aznar cuando el modelo constructor superó todas las cifras aconsejables: 450.000, 500.000, 600.000, 650.000... viviendas nuevas construidas anuales. El modelo Zaplana (estoy en política para enriquecerme), el modelo marbellí, el modelo ‘construcción estaciones AVE’... Tampoco voy a explayarme en como durante 15 años se ha conducido a España por una estructuración económica que ahora da sus resultados, nefastos resultados. Durante la época de Aznar, cuando Alemania o Francia tenían déficit públicos que alcanzaban el 4%, superiores al 3% exigido por Maastrich, el gobierno español se permitía el lujo de pontificar. Sin embargo era entonces cuando Alemania y en menor medida Francia, hacían los deberes. El superar la crisis del 2001 casi sin enterarnos suponía un respaldo para mantener el modelo. Un modelo que entre otras muchas cosas, se entretenía en utilizar el inmobiliario y los paraísos fiscales cercanos, para hacer de lavadora del dinero negro internacional.

El problema es que durante los cuatro años de la primera legislatura del gobierno Zapatero, la dinámica económica ha continuado sin variación alguna. Es decir, Zapatero quizás aplicó lo de que lo que funciona no se toca. Sin embargo, es evidente que la forma de medición las previsiones fueron en todo caso del tipo político, es decir, cortoplazistas e interesadas pensando en los ciclos electorales de cuatro años.

Era evidente que algo no funcionaba cuando se estaban licitando más de 650.000 viviendas nuevas, que llegaron a 850.000 en el 2007, y a la vez los precios inmobiliarios no paraban de subir. La fina intuición de Zapatero y la demanda popular aconsejaban la creación de un ministerio de vivienda al cual se puso como titular a Carme Chacón. Interesante nombramiento de alguien en alza en las filas del partido, por una parte asumiendo la cuota catalana de ministros, por otra favoreciendo al marido de Chacón, alto responsable del nuevo grupo de comunicación afecto al sector zapateril del partido, La Sexta-Público-Mediapro.

Sin embargo, en lugar de considerar políticas atrevidas y eficaces se optó por lo fácil y populista: dar subvenciones generalistas que lo único que hacen es trasladar la subvención a los precios finales. O bien cuando ya estallaron los problemas, a los promotores les era posible crear un lobbie, para ir a ver a la ministra.

Desde luego, de la etapa económica del primer gobierno Zapatero queda claro la ineficacia y el gusto por no remover nada. Se podía haber optado por medidas importantes como limitar el tiempo de los préstamos hipotecarios a 20 o 25 años, limitar las garantías a un 80-90% del valor, promover una ley de garantía de hipoteca que limitara la garantía del préstamos sólo al bien hipotecado, regular de forma coercitiva la normativa de tasaciones y las tasadoras, intervenir fiscalmente en el acaparamiento de suelo, limitar los tiempos administrativos para concesión de licencias de obra... Sin embargo todas estas medidas hubieran tenido varios frentes de dura oposición. Por una parte el sector bancario y también el de los propios promotores, pero también hubiera incidido en la capacidad de crecimiento de la economía española y entonces el gobierno Zapatero no se hubiera podido presentar con sus ‘brillantes’ números macroeconómicos.

El resultado de la estructuración económica durante tantos años ha sido la creación de un sector constructor sobredimensionado, con un 12-14% del PIB nacional, creando un montón de viviendas muy por encima de lo que el mercado natural podría absorber. Pero a la vez, una industria auxiliar dedicada en exclusiva a la construcción, acabados, complementos para viviendas... (desde cemento a calentadores de gas, desde cerámica a ventanas o muebles). El resultado es que de forma directa o semidirecta, la construcción ha podido absorber el 30% del PIB. Y eso a costa de un endeudamiento que ha debido suponer la búsqueda de capitales financieros fuera de las fronteras. El resultado es una banca endeudada, un stock de viviendas seminuevas por vender de entre 1,2 y 1,5 millones, el desvío de inversiones de sectores que pudieran haber sido otros, a una monoproduccción, un elevado déficit por cuenta corriente y sobretodo la dependencia estructural casi única (o al menos en buena parte del PIB) de un solo sector.

El buena parte, las similitudes con los USA son bastante elevadas. En USA, la reducción fiscal para ricos debería haber incentivado el ahorro para la inversión. Pero en vez de dedicarse a la inversión real, las clases ricas se han dedicado a lo que dejaba mayores márgenes, todo el entramado imaginario de estructura Pozi de la ingeniería financiera. En España en lugar de hedge funds había ladrillos. Los empresarios preferían vender sus empresas o cerrarlas y utilizar los solares para especular en suelo (algo muy habitual por las multinacionales en su marcha de España utilizando el sobreprecio del suelo para financiar las operaciones de traslado). La operación favorecía a todos: ayuntamientos, rentistas, inversores, especuladores, políticos, banqueros, tasadores...

Sin embargo en todo este esquema de borrachera nadie previó la resaca. O lo que es lo mismo, la posibilidad de crisis. Los ciclos se han terminado que decía el abogadillo, una vez ministro, Rato. Al son de los voceros de los medios de manipulación de masas, el ladrillo no puede bajar de precio. Al son de la incultura financiera de las familias, con el dulce sonido de los directores de oficina bancaria, los tipos de interés se mantendrán bajos por los siglos de los siglos.

Y después de todo la descomposición actual de la economía española no tiene precedentes. Leía que comparando la tasa de crecimiento del desempleo del Canadá con pérdida de 139.000 empleos en Enero, y de USA de 600.000, los datos de USA debían estar mal, muy mal, muy reducidos. Ya que la economía canadiense es muy dependiente de la de USA y la de USA tiene 10 veces más de población, es posible que realmente el número de desempleados de Enero fuera muy, muy superior.

Para quienes conocemos un poco, no es ningún secreto que los USA llevan muchos años amagando números. Los datos de crecimiento del PIB son dos puntos por encima de los reales, las tasas de medición de inflación son 8 puntos por debajo de las reales (a raíz de las dos reformas con Reagan y con Clinton), los datos de paro dictaminan la U3 cuando por encuesta podrían ser el doble de los 7,8% anunciados.

Aquí en España, de los 3,3 millones de parados no contabilizan ni los parados que están en cursos subvencionados ni los trabajadores que están resolviendo EREs pero sin cobrar, ni los trabajadores a tiempo parcial ni algún componente más. De hecho la tasa oficial de parados sería en este momento de algo más de 3,7 millones. Lo que resulta más interesante de seguir es la cifra de afiliados a la seguridad social que si que parece realmente sangrante. De 20 millones de afiliados a 18,5. Pero todo ello en un tiempo record considerando las dificultades en las oficinas del INEM para contabilizar todos los casos, la lentitud administrativa...

Las soluciones del gobierno Zapatero se han basado en tres o cuatro puntos de actuación. Por una parte los 50.000 millones + 200.000 millones en avales, para el sector bancario. Por otra los 18.000 millones en reducciones fiscales, y finalmente los 11.000 millones para la creación de puestos de trabajo incluyendo 8.000 millones para los ayuntamientos para licitar obras. Una cuarta pata no demasiado clara, se supone que es el aumento de la obra pública que se considera en 10.000 millones, pero considerando la baja relación entre obras proyectadas, licitadas y realizadas, más vale no creerse demasiado las cosas.

En todo caso es interesante 250.000 millones para bancos, 40.000 millones como mucho, en políticas de empleo e inversión. (aunque seguramente será más cercano a los 20.000 que a los 40.000). Y tampoco hay que olvidar que aunque los ayuntamientos hayan entregado proyectos urbanísticos concretos para recibir el dinero habrá que ver si se gasta en eso o no. Los ayuntamientos, como las Comunidades autónomas han visto muy reducida su capacidad de recursos con la caída del ladrillo. Dinero que antes iba de la propia especulación en suelo, de los trámites notariales y de todo un conjunto de medidas recaudatorias, se han visto reducidos fuertemente. De ahí el afán recaudatorio en multas de muchos de dichos ayuntamientos. Todo sea mantener el conjunto de gasto, en muchos casos mantener al sobrino o al vecino en algún sitio. Pero también financiar a los partidos políticos.

Se dice que se oyó decir a Zapatero aquello de que ‘a mí no me montan una huelga general’. A la vez que la UE está muy preocupada por el aumento de los descontentos sociales. Ya ha habido problemas serios en Grecia, Bulgaria, Lituania y Letonia, y fuera de la UE en Islandia. Una huelga más o menos general en Francia, el aumento de las protestas como el de la refinería en el Reino Unido... Veremos cuanto tiempo tarda en España en ocurrir algo. Los sindicatos están atados, aunque el cambio de dirección en CCOO junto al cambio en IU veremos que autonomía y capacidad de acción tiene. Veremos a ver cuanto dura la paciencia. De momento, los últimos escándalos del PP (algo que no es casual que salga ahora), puede suponer dejar sin oposición al gobierno pero eso puede despertar cosas mucho más peligrosas. Quizás ZP opte por no darse por enterado o jugar a su juego preferido cortoplazista hasta que quede completamente superado por las circunstancias.