lunes, 1 de julio de 2013

La Vanguardia, subvenciones y censura

Siendo La Vanguardia nuestro panfleto de desinformación preferido (mucho más que intereconomía por ejemplo) y habiendo llegado su nivel de desinformación a cotas delirantes y a la altura de un panfleto o de un flyer (se escribe asínn?) del Burger King, me produce alegría poder ayudar a difundir como las subvenciones ayudan en la ocultación de la mentira en la más absoluta decadencia a la que CiU está llevando a Catalunya. Más que CíU que no deja de tener militantes de base que tienen buenas intenciones a pesar de su patina burguesa, habría que referirse a los Mas, Orioles Pujoles y compañía. De cuyas lindezas no nos cuenta nada el panfleto La Vanguardia. (Ya se sabe que últimanente entre la 'lealtad' a España y el dinero, incluso se ha ido por los cerros del independentismo como espectáculo novedoso y esperpéntico. No es que el esperpento sea defender el independentismo sino que La Vanguardia lo haga).

Pues bien, el supuesto diario de marras, que no hace más que despedir periodistas díscolos y que Antich lleva por la delicada ilegalidad de contravenir los postulados constitucionales del derecho a una información veraz (de hecho copia de derechos humanos impuesto en la carta magan pero que nadie se toma en serio), empieza a ser objeto también de interés en sí mismo.

Y nos basamos en el artículo de PR sobre subvenciones: http://www.prnoticias.com/index.php/home/59-prensa-pr-/2346-sospechosas-subvenciones-a-la-vanguardia Casi 10,5 millones de euros de subvenciones, más que el resto de medios en catalunya, aglutina el diario, básicamente proveniente de cultura, con la condición de editar en catalán también (que no excluyente, observese la falta de coherencia del propio govern).

No se trata solo del hecho de que La Vanguardia, como el resto de diarios y pseudodiarios deba afrontar la competencia de internet sino sospecho, que también de la falta de calidad que ha ido acumulando con el tiempo. No hace demasiado tiempo en los comentarios de La Vanguardia se podía escribir de todo siempre que no hubiera insultos, y aún así, también. De un tiempo a esta parte, la censura de La Vanguardia es inaudita. Cualquier cosa en contra de la línea editorial (vayase a saber cual es entre el conservadurismo casposo y el reciente independentismo), es censurada, en cuotas que sobrepasan incluso a la 'moderación' de El País, que ya es decir.

Y lo que se entrevé entre medio es que lamentablemente, en caso de independencia, más que hacia una democracia, con esta gente iríamos hacia un Guantanamo. Hay veces en que los que informan o desinforma, ya indican hacia donde va el país, y Catalunya no va nada bien.