sábado, 9 de marzo de 2013

El desarrollo de la economía japonesa. 1868-1990

En este sencillo artículo distinguiremos tres fases:
1868-1914 (o 1918)
1918-1945
1945-1990

De la era Meiji a la I Guerra Mundial. 

El desarrollo japonés será con la revolución Meiji un acuerdo de estado basado en la necesidad de modernizarse ante la amenaza imperialista europea que llegaba hasta el Pacífico. Era evidente que la política Togukawa de los shogums de mantenerse aislados, no era suficiente. Así que el Japón se embarca en un proceso de modernización DIRIGIDO POR EL ESTADO.

Ante todo hay que considerar que el Japón es un país sin materias primas, anclado en el feudalismo de los samurais, con escasa tierra cultivable y superpoblado. La revolución Meiji ayudará a abandonar las sociedades de los samurais como primer paso hacia un dirigismo nacional de modernización.

Se impuso una nueva constitución inspirada en el modelo prusiano. Por lo tanto con gran poder por parte del emperador y de las fuerzas reales en el poder y no tanto de la ciudadanía. En este aspecto casa con la cultura tradicional japonesa que sigue siendo disciplinada y obediente.

Se cambia el calendario, el vestido, y sobretodo la educación. Se busca un sistema educativo que eleve los conocimientos de la población. Lo cual será un elemento primordial y una constante en todo el periodo de desarrollo japonés. Aunque los frutos de tales esfuerzos irán llegando poco a poco. La educación pues, es una de las principales bazas en el modelo.

También se desarrolla una banca que intenta equipararse a la occidental y se traen expertos occidentales para rearmar el ejército y la marina. Esta será otra de las constantes hasta 1945, la apuesta por el desarrollo militarista que comenzará en esta época. El eslogan nacional será Fukoken kyohei. (País fuerte con ejército fuerte).

Fue el estado quien fomentó y planificó las redes de ferrocarril, telégrafos y comunicaciones y quien trabajó con los industriales para fomentar las industrias del país en este primer periodo. Se desarrolló el acero, la construcción naval y se modernizó la producción textil basada en la seda. El estado subvencionó las exportaciones, sobretodo en seda y tejidos que crecieron mucho en este periodo.

Aún así partiendo de unas bases tan pobres a pesar de las varias décadas, seguían existiendo numerosos problemas. Aunque las ciudades crecían, la poblacíon rural seguía siendo mayoritaria en una agricultura que por las características del suelo y la sobrepoblación con explotaciones pequeñas no podía desarrollar su propia revolución agraria. Así los niveles de industrialización seguían siendo los más bajos entre todos los países industrializados. Si tomamos la base 100 en el Reino Unido en 1900. En 1880 la industria per cápita japonesa representaba solo el 9% (frente al 87% británico), en 1900 el 12, en 1913, el 20 (frente a un 115% británico y un 126% norteamericano), en 1938 solo el 51% (un tecio de la base industrial británica o norteamericana).

En 1900 el consumo de carbón japonés era de 4,6 millones de toneladas, frente a las 250 norteamericanas o las 171 británicas, equivalentes únicamente al caso italiano que superó ampliamente en los años anteriores a la I GUerra mundial. El consumo de acero en 1900 era de 0,02 millones de toneladas, aunque en 1910 ya era de 0,16, frente a un consumo de 10,3 millones en USA o de 5 millones en Reino Unido en 1900.

En datos totales en 1913, la potencia industrial japonesa era del 25% de la inglesa de 1900, mientras la inglesa era de 127% y la norteamericana del 528%. (Es decir Reino Unido era 5 veces más potente que Japón en vísperas de la I Guerra Mundial y USA 20 veces más.)

Eso no quiere decir que el esfuerzo japonés no tuviera éxito solo que no era suficiente como para alcanzar países mayores y con industrialización más antigua.

Por regla general Japón necesitaba siempre de capital para el desarrollo de sus industrias aunque al estar dirigido todo por el estado pudo terciar para obtener capital externo si bien las industrias no acabaron de despegar y aunque la industria naval se desarrollo tanto en la marina mercante como militar, se necesitaba hierro y acero constantemente. Aún así, los casi 45 años de desarrollo entre la revolución Meiji y el inicio de la Gran Guerra, supuso el único caso de desarrollo industrial no blanco, en un periodo de desarrollo del imperialismo en un país aislado, pequeño y con múltiples problemas.

Sin embargo fue este aislamiento y también la capacidad moral y cultural de la población los que hicieron que no hubiera interferencias en el fenómeno y que incluso se pudiera enganchar al tren imperialista, primero en 1894 y después en la guerra ruso-japonesa de 1904. De hecho al finalizar la guerra en 1905 Japón era un país necesitado de dinero y al borde de la bancarrota. Sin embargo fue el factor determinante que colocó al país entre las potencias mundiales aunque siguiera siendo solo una potencia regional no comparable a países como USA, Alemania o Gran Bretaña.

En 1914 el Japón tenía una renta nacional de 2.000 millones de $ con 55 millones de habitantes, mientras países como el Reino Unido con 45 millones de habitantes tenían 11.000 millones de PIB y USA 37.000 con 98 millones de habitantes. La renta per cápita japonesa era la menor de todas las potencias incluyendo la Rusia zarista. 

Entre guerras

El modelo anterior japonés continuó aún con mayor éxito en el periodo de entreguerras con las dos características básicas: dirigismo económico y militarismo.

Se trata de una economía de guerra en el mejor ejemplo de keynesianismo militar. Se llegó a gastar en vísperas de la II GUerra Mundial el 70% del presupuesto en armas. Armas que eran fabricadas en el propio Japón y que tiraban de las industrias pesadas como acero, aeronática, naval...

Se vió además favorecido por ser de los pocos países beligerantes que no sufrieron ni en su suelo ni en batallas. El Japón se limitó a hacerse cargo de las islas y bases alemanas en el Pacífico. Y sin embargo tuvo una demanda por parte de sus aliados de todo tipo de productos que consiguió que en 1920 fuera el país que más creciera en el periodo de guerras (un 74% desde 1913 frente a un crecimiento del 22% en USA, y una caída en el mundo del 7%). En el periodo de entreguerras el Japón creció un 550% en base 100 de 1913, solo superado por la URSS en este periodo frente a un raquítico 114% de Francia o 117% de GB (crecimientos del 14% y del 17% desde 1913 hasta 1938 en todo el periodo consolidado).

Hubo problemas muy importantes sobretodo al acabar la contienda y en los años veinte cuando retornó la competencia de productos occidentales. Japón no conseguía hacerlos más baratos que los occidentales. La banca no estaba suficientemente desarrollada y hubo problemas de inflación y también se tuvo que sufrir el hundimiento de la industria de la seda en los 30 por la aparición de las fibras sintéticas. Pero en general el Japón desarrolló su industria pesada sobretodo con fines militares y siempre manteniendo el dirigismo estatal en el desarrollo de este tipo de industria. Lo cual a su vez fue un problema pues suponía que Japón cada vez necesitaba de mayores recursos de materias primas sobretodo el petróleo ya que en el periodo de entreguerras se estaba produciendo el relevo de este combustible en los barcos por ejemplo. También se necesitaba hierro, cobre y otras materias primas así que el Japón se vió tentado por el imperialismo.


En los años 30 la economía giró en torno al desarrollo militarista y las invasiones en Manchuria y CHina para acabar con la resolución de atacar a un país como USA, en aquel entonces mucho más potente que el Japón pero los embargos de 1941 y anteriores no le dejaba otro remedio sino intentar conseguir todo lo que necesitaba su industria en las Indias Orientales Holandesas y el Sudeste asiático.

Después de la Segunda Guerra Mundial. 

El país fue ocupado siendo el general MacArthur una especie de dictador. Pero a partir de ese momento el Japón se vió libre del militarismo y los gastos militares si bien en un primer momento no tuvo un desarrollo notable.

Fue la guerra de Corea y la necesidad de abastecimiento de los norteamericanos lo que facilitaron la demanda de bienes japoneses cuando por ejemplo TOyota estaba a punto de quebrar.

La ausencia de gasto militar, la demanda de sus aliados en Corea y Vietnam fueron dos de los tres puntos de la reconstrucción japonesa. El tercero fue de nuevo la economía dirigista a través del MITI (desde 2001 METI). El MITI hasta los años 80 y desde 1949, realizó una política de dirigismo planificado de las industrias japonesas. Siguiendo las planificaciones keynesianas de los planes Marshall en Europa, el Japón utilizó su magnifica base educativa y la cultura empresarial de los conglomerados (y también de los pequeños talleres dinámicos) para mantener a través del MITI las políticas más adecuadas para el desarrollo de su base industrial. Se buscaba ante todo la exportación, tal y como lo habían hecho antes de la I Guerra Mundial y hasta la caída de la industria sedera. El dirigismo de estos años en el Japín fue mucho mayor que en la Alemania o la Italia de los milagros económicos de los 60 y 70. De tal modo que el país pudo capear sin mayores problemas la primera y la segunda crisis del petróleo (primer choque petrolero en 1973 y segundo en 1979). De tal manera que en 1980 estaba en posición de competir por el propio mercado norteamericano.A principios de los 80 el MITI estaba condenado por los nuevos aires neoliberales y monetaristas que condenaban absurdamente las economías planificadas de estado.

En 1985 los norteamericanos respondieron con los acuerdos del Plaza. Un intento para aumentar la cotización del yen que llevó a que muchas empresas japonesas pudieran comprar dentro de los USA, empresas, edificios, estudios de cine, a precios bajos. Pero sin embargo el asunto acabó con la crisis de 1990.