domingo, 17 de febrero de 2008

La naturaleza de la crisis económica actual.

Partimos de la situación de los USA y de su estructura capitalista en función de la estrategia económica implementada desde principios de los años 70 para seguir manteniendo el dominio económico mundial.

Durante ese tiempo se pasó a un sistema basado en la flotación libre del dólar y de las divisas sin tener nada que las respalde. De hecho lo único que respalda el sistema dólar es la capacidad para ser creíble en el sistema y también el sistema de endeudamiento mediante el cual los dólares inyectados en el sistema son garantía del trabajo futuro.

De esta manera, a principios de los años 80, la política de Reagan consiste en la aplicación de estos principios. Por una parte la política de endeudarse es bueno, junto con la necesidad de ir desmontando el sistema de New Deal presente desde los tiempos de los años 30. La carga ideológica del sistema las darán las teorías monetaristas de la Escuela de Chicago y Milton Friedman, de la misma manera que Ricardo había sido el ideólogo del sistema de libre cambio durante parte del imperio británico, hasta 1873.

Las ideas monetaristas cargan contra una serie de conceptos como la justificar el neoliberalismo, las ideas de mercados globales y la globalización, la defensa de las clases ricas, y desmontar la cobertura social del estado. Además se crea una fe ciega en el mercado, en la empresa privada y en la regulación monetarista.

Pero lo cierto es que la parte según la cual los conceptos de inflación pueden ser controlados por la FED, acaban desde el mismo momento en que se desregulariza todo el sistema financiero, con la reducción de controles y la aparición de múltiples productos novedosos con apalancamientos importantes.

Por una parte la fe ciega en el mercado, que permite la desregulación del mismo, por otro, por la misma ideología, la pérdida de control de los mecanismos de crecimiento de masa monetaria mediante la aparición de nuevos instrumentos, apalancamientos y búsqueda de nuevos instrumentos de crecimiento de deuda.

En cierta manera la deuda como definitoria del sistema financiero y por lo tanto el crecimiento de la deuda como garantía del propio crecimiento del sistema económico. Endeudarse es bueno será la doctrina.

Mediante el endeudamiento, la utilización de nuevos productos financieros, la dolarización de los mercados, la globalización del capital, la expansión de los mercados globales... se crea un aumento impresionante de la masa monetaria y financiera. Lo que de verdad se crea es una dependencia de la economía de los juegos financieros. Por ejemplo, hasta el punto de buscar el aumento de la deuda y el endeudamiento en un intento de aumentar espectacularmente los resultados del sector financiero. La idea es la de buscar siempre rendimientos más y más altos. En el sector bancario mediante la creación de deuda, que dispara la masa monetaria.

Sin embargo, contrariamente a los postulados monetaristas, la inflación no se dispara ya que USA exporta inflación, y lo hace mediante el crecimiento de la balanza por cuenta corriente. Es necesario inundar los mercados de dólares, el dólar como divisa global, y el dólar como garantía de cualquier transacción internacional.

Para controlar el exceso de dólares del sistema se puede controlar el déficit público y la emisión de deuda pública. De esa manera se puede controlar por exceso la demanda monetaria exterior en dólares. De lo contrario se pueden producir procesos inflacionarios en los mercados globales. En el caso de la administración Clinton, esto produjo un petróleo a precios baratos, lo cual era malo desde el punto de vista de desarrollo de economías emergentes como China. El dólar caro, conseguía además, alterar algunas economías, caso del efecto Tequila en México en 1994, producido por un exceso de déficit por cuenta corriente debido al anclaje del peso con el dólar. Las exportaciones mexicanas, salvo con los USA, empezaron a ser poco competitivas. Otro efecto, ya algo más tardío podía verse en la crisis Argentina, esta vez por exceso de utilización el dólar como moneda cara en una economía no suficientemente productiva y durante un periodo de tiempo excesivo.

Crisis como las Tailandia de 1997 y Corea del Sur en 1998, estaban más relacionados con los efectos de déficits públicos. El problema de la deuda rusa también estaba relacionado con problemas de deuda, de la puesta en duda de la capacidad de hacer frente a deudas en un sistema con un dólar fuerte. O relativamente fuerte dentro no de sus cambios, sino de los precios internacionales de los mercados globales. Este tipo de crisis están relacionados con el concepto Clinton, de reducción del déficit público norteamericano.

Sus efectos, dentro de la economía americana fueron de crecimiento, debido a la capacidad de obtener materias primas exteriores a buenos precios. Sin dejar de modificar la estructura del sistema. Si bien Clinton no amplió el desmantelamiento del sistema social emprendido por las anteriores administraciones, tampoco hizo demasiado para volver a ponerlo en marcha.

Los efectos de la era Clinton, fueron los inicios de una polarización de la población y del inicio de una capacidad de deslocalización de empresas o de actividades industriales, al ritmo de un dólar fuerte. Mientras, la economía financiera de Wall Street se mantenía como el centro del sistema.

El control externo del déficit permitía un dólar fuerte fuera, pero no impedía el aumento de la masa monetaria dentro. Por lo que se produce la burbuja de las punto.com. Ese es un primer aviso del exceso de liquidez del sistema. Sin embargo el problema está en la crisis económica posterior del 2001 al 2003. A pesar de la caída fuerte de los mercados, la recesión es suave. Básicamente debido a que se trata de una crisis por exceso de liquidez del sistema. A pesar de ello, y considerando la dependencia excesiva de la economía norteamericana de la economía financiera, se puede trasladar con algo de tiempo, la crisis de las punto.com al resto de la economía pero no en exceso.

Para recuperar la actividad Greenspan puede bajar con seguridad los tipos de interés. Y se hace de forma agresiva ya que la política Clinton de mantener a raya el déficit permite que haya margen con respecto a la deuda externa. El superavit permite que no se dependa tanto del exterior y no hay peligro de que una bajada de tipos pueda suponer problemas de colocación de deuda ya que no es relevante. Por lo tanto, la situación más sencilla para recuperar la actividad es precisamente seguir aumentando la liquidez del sistema. Pero esta vez, se buscará otras burbujas ya que se ha aprendido de los aumentos injustificados de los precios en las acciones con unos PERs excesivos. Las siguientes burbujas no serán en la bolsa. Por una parte, la decisión de reducir impuestos a las capas más favorecidas implica un aumento de déficit, se vuelve a la política deseada por las anteriores administraciones republicanas de inundar los mercados externos con dólares.

Por lo tanto tenemos varias características de la economía norteamericana:

- La dependencia de la deuda. La necesidad de mantener el consumo por una parte, por otra el poder del sector financiero, la nula capacidad de ahorro.

- La globalización, que encara las políticas de deslocalización, de importación de productos baratos del exterior para evitar excesos inflacionistas y el movimiento de capitales. Los USA exportan inflación por medio de esta política de importación de productos baratos.

- La estrategia de economía mundial del dólar. El dólar como mantenimiento de los mercados comerciales más importantes: petróleo, materias primas, comercio internacional,... para poder seguir controlando los flujos de forma estratégica como forma política económica de mantenimiento del predominio USA. Eso garantiza la absorción de grandes cantidades de dólares en el exterior para poder hacer frente a las transacciones comerciales y financieras (estas últimas de mucho mayor volumen). Lo cual supone acumulaciones en aquellos países con crecimiento de riqueza: china, Rusia, países del Golfo. Pero la riqueza acumulada por estos países puede ser regulada por las políticas monetarias de la FED.

La estructura de todo el sistema supone convertir a USA en un sumidero de consumo global, por encima de sus posibilidades, pero la dirección de flujo no debe de variar. Al contrario que la eurozona que gracias a la potencia alemana mantiene superávits por cuenta corriente moderados y suficientes y mantiene la capacidad de exportación de economía productiva.

En todo el modelo lo que resulta incoherente son los aumentos de productividad de la economía USA y los crecimientos. Pero estos se basan en la creación constante de aumento de masa monetaria a la vez que en una política de contención de inputs baratos y de exportación de inputs caros. Es decir, que por una parte la economía deslocaliza lo que es menos productivo, por otra la importación del exterior garantiza costes bajos. En otros aspectos, la economía financiera garantiza un aumento de la riqueza de las capas superiores, y ello garantiza la estructuración de una economía de bienes y servicios no exportables (servicios como peluquerías, jardinerías, transportes internos, servicios financieros y comerciales,...), en muchos casos esta economía puede contener costes por la introducción de mano de obra barata del exterior. En el caso de la agricultura muy subvencionada se beneficia de los ahorros por introducción de mano de obra barata. En todo caso la exportación de las factorías de producción que absorben mano de obra que puede ser encontrada más barata fuera de los USA. Manteniendo las actividad más valor añadido en el país. Así como mantener una economía keynesianista militarista, con grandes gastos en el complejo militar industrial.

La privatización de todos los servicios públicos también garantiza la participación de estos sectores en la lucha por la productividad y en la inflación de costes internos. El resultado es un aumento de las cifras de negocio y de los volúmenes, y de la productividad, dejando fuera las actividades menos productivas como la atención a las capas más pobres o una atención no suficiente. Lo mismo puede ocurrir en la búsqueda de productividades en sectores privatizados como el sistema penitenciario o cualquier otro servicio privado. Los resultados son un aumento de los beneficios, desatención para centrarse en los sectores más rentables, participación de estos sectores en los ciclos de espiral inflacionaria, neutralizados por la deflación en los bienes importables, y en consecuencia la creación de una economía depredadora de la propia sociedad.

En todo caso, los límites del sistema están en la capacidad de endeudamiento de la propia sociedad, y también en la capacidad de mantenimiento de paz social dentro del sistema de privatizaciones y de desatenciones. La maximización de beneficios sectoriales implica la desatención de las partes menos competitivas de la sociedad.

La atención del estado en la propia dinamización de la economía se centra prácticamente en un sector para el que no hay mercado interno, el de la industria militar. El keynesianismo económico en busca de la competencia fuera del país. Pero a la vez dentro de un círculo vicioso que exige crecimientos constantes en los presupuestos para mantener a las industrias del sector. Si bien, en 1970, en el diseño de la nueva estrategia económica, se estaba en pleno auge de la guerra fría y podía considerarse el aspecto militar como esencial para la nación, dicho contenido ya no tiene demasiado sentido. La economía estratégica norteamericana, centrada en el control militar y en el control del dólar de los intercambios globales, llega a sus límites.

¿Dónde está el límite?

La inflación producida por la actividad interna de la economía no tranzable (la que no puede ser objeto de importación o expartición), sigue su lógica interna capitalista de aumento de beneficios vía la demanda de mejores resultados de las empresas. El aspecto de aumentos de demanda no suficientemente bien servida, conduce a la inflación, y ello a que los sectores de demanda vayan abandonando poco a poco sectores de menor capacidad adquisitiva. Se trata de la lógica de los ciclos, según la cual la crisis estalla cuando se llega a una capa de la sociedad que marca un tapón importante ya que supone dejar fuera del consumo a un grueso que hace que la demanda caiga fuertemente. Digamos que los sectores de clase media dejan de comprar por el aumento inflacionista y eso supone un sector tan numeroso que hace que la lógica inflacionista acabe y la que la oferta pase a ser mayor que la oferta. Por lo tanto se generaría el ciclo decreciente de ajuste.

Eso sería así en una explicación formal de los mecanismos de mercado. Pero a ello se le añade el factor de la economía financiera. Según la cual esta demanda se ha producido por un endeudamiento de las capas medias y bajas de la sociedad que ha permitido mantener este sistema por más tiempo del adecuado.

Cuando la inflación ha presionado demasiado al alza, y la FED tuvo que empezar a realizar políticas de crecimiento de tipos para cortar las tensiones inflacionistas internas, a la vez, aumentaba una parte de la economía domestica y de las empresas que no está tan bien contemplada, es decir la de la parte de la economía dependiente de la deuda.
La estructura de la deuda norteamericana alcanza niveles fabulosos en cuanto a deuda privada de en torno al 300% del PIB. Pasar a un 5,25% de tipos de interés desde un 1%, significa que junto con servicios financieros, como mínimo se pagan un 20% del PIB en el costo de la deuda. Eso incide aún más en la parte de la renta dedicada al consumo por lo que se pasa a un ciclo de reducción del consumo semiapalancado, con lo que las velocidades de la crisis aumenta. Pero eso significa la reducción de la tasa de actividad y por lo tanto la deuda se vuelve insoportable y los servicios de la deuda siguen aumentando.

Sencillamente la estructura financiera del país entra en un círculo vicioso de descenso de actividad, mayor servicio de deuda, menor rentas para consumo, reducción de actividad... Donde no se puede utilizar el servicio exterior de exportación porque las empresas han deslocalizado y por lo tanto no hay bienes y servicios que exportar. Lo esencial en esta fase es reducir de nuevo los tipos al máximo, para reducir el servicio de la deuda y cortar de alguna manera el círculo vicioso que alimenta la recesión. Pero sobretodo evitar el colapso financiero del sistema bancario por medio de impagos y quiebras. No se trata por lo tanto de ninguna receta mágica de reestructuración económica importante, se trata sólo de intentar estabilizar al paciente o partes del mismo. Las partes que se creen más importantes: el sistema financiero. Aunque hay que considerar que salvar el sistema financiero o estabilizarlo supone la pérdida de muchos puestos de trabajo en otros sectores y no garantiza bajo ningún concepto la reversión de la situación. Sólo su estabilización.

La idea básica es que ante tasas muy bajas de crecimiento, la inflación pueda desbordar la deuda. Pero ello supone que la inflación debe contagiarse a la sociedad, es decir, aumento de los gastos de trabajo que a la vez puede suponer mayores reducciones de las tasas de actividad. Si la tasa de actividad es negativa pasa a ser un factor negativo en esta estabilización de la situación y por lo tanto, la inflación debe ser superior al servcio de la deuda más la desaceleración. Y el servicio de la deuda debe ser multiplicado por 3 debido a que la deuda es del 300% del PIB.

Supongamos que los tipos de interés pasan al 2%. Eso supone que al menos un 6% del PIB es utilizado al pago de la deuda. Pero si el PIB disminuye –1%, al menos se necesita un 7% de inflación para estabilizar al paciente, y seguramente mucho más para conseguir que el PIB por lo menos se mantenga en 0%. Mientras el PIB sea negativo, el peligro de mantener el debilitamiento de todo el entramado se mantiene.

Y no olvidemos que estamos hablando de una economía sin capacidad externa significativa (eso no quiere decir que no exporten pero el gap de comercio externo es demasiado elevado), y ese gap también ayuda a la caída del PIB. Si consigue ir cerrando el gap de balanza por cuenta corriente se puede ir pensando en mejora de la situación, pero no olvidemos que el del 6% del PIB, un 6% que se presenta como negativo en la balanza. Si además consideramos a la economía norteamericana como el centro de las relaciones mundiales, la caída norteamericana debería contagiarse al resto del sistema. En una crisis no demasiado profunda, puede que la caída del déficit pudiera ayudar a no ahondar demasiado la crisis mundial, pero no estamos ante esa situación, y si la crisis dura mucho más de 9-12 meses, podemos ver que una mejor en la balanza de cuenta corriente inicial acaba por deteriorarse ante la caída de los mercados externos.

Todo el problema del credit crunch sólo es un síntoma, un síntoma peligroso, del sistema. La utilización de productos no suficientemente regulados, para aumentar de forma artificial, la lógica capitalista de mejora de rendimientos y de beneficios. La desaceleración del mercado inmobiliario si es un primer síntoma de hasta que punto la economía de deuda norteamericana no podía seguir la velocidad de endeudamiento y reendeudamiento que la lógica imponía. Y eso incidió directamente sobre los productos asociados a los mismos. Durante muchos años, los comerciales agresivos de las empresas financieras han luchado por colocar créditos de cualquier cosa. Cuando se acaban los sectores de las clases medias, a los sectores menos favorecidos. A la vez, se produce una mayor polatización de la sociedad entre trabajadores no especializados que deben hacer frente a la reducción de las actividades deslocalizadoras y a la vez la competencia de la introducción de inmigrantes a bajo precio para las actividades de servicios de proximidad. Si los volúmenes de deuda son negocio y deben ir creciendo para mantener las tasas altas de actividad de la economía interna financiera, cuando los tipos de interés suben se produce el desajuste con el aumento de los precios. Primero en cuanto a la capacidad de financiar nuevos negocios como la especulación inmobiliaria, luego directamente sobre la deuda. Lo siguiente es el paso de las dificultades de servicio de deuda en capas medias y en otros sectores del crédito. De ahí la idea de bajar muy rápidamente los tipos de interés. Pero con una economía debilitada, polarizada socialmente, con clase media en retirada y muy endeudada, las posibilidades de continuar con la economía de endeudamiento para continuar con las actividades de la economía financiera ya no es posible. Sencillamente la economía norteamericana ha llegado a su límite de endeudamiento. Buscar nuevos productos que permitan una expansión del crédito a partir de las condiciones actuales, sería volver a ganar algo de tiempo, pero el sistema ya no puede permitirse el lujo de endeudarse más.

A la vez, la capacidad de los USA para poder imprimir dinero sin parar, dinero que sirve para endeudarse sin contrapartida alguna, también depende de la capacidad externa de actividad. Y en concreto de la actividad asociada a los mercados internacionales que mantienen al dólar como vehículo de garantía de pago. Con el tiempo, los países más capaces de mantener exportaciones, se cuestionan el papel del dólar y de los circuitos actuales internacionales. La idea de mantener Nueva York y Wall Street como el centro de este tipo de transacciones, sobretodo de tipo financiero, se puede resentir a la vez de una reducción de la influencia de USA en el mundo. Por ejemplo por medio del crecimiento de relaciones entre países ajenos que no se contemplen en dólares y no utilicen Wall Street como intermediario. En base a ello la capacidad de creación de nuevas divisas de reserva, por ejemplo en torno al euro y al yen, la utilización del yen para el carrier trade, contra divisas no norteamericanas como el kiwi o el aussie. Pero sobretodo la idea de expansión de China en negocios no relacionados con los norteamericanos como en África o en Latinoamérica. Junto con el papel creciente de Rusia, o de la India. De momento la idea de la India es la de mantener determinada equidistancia entre el resto de los países emergentes y Occidente.

Pero considerando la acción radical de Irán de no admitir el dólar dentro de cualquier tipo de relación comercial o financiera incluyendo la exportación de petróleo. Pero también la creciente actitud de países como el resto del golfo en el papel del dólar, el anclaje de sus monedas y los problemas de inflación. La idea de creación de monedas regionales, la idea de mantenimiento de MERCOSUR y del ALBA sobre el ALCA. La creciente falta de credibilidad en el modelo de estrategia norteamericana que se basa simplemente en la capacidad para imprimir dólares sin garantías de nada. Modelo que se cierra con la idea de grandes naciones exportadoras como China o Japón, de si bien no reducir las reservas en dólares, no seguir creciendo las reservas en dólares y diversificar en otras monedas.

Las ideas monetarias de independencia regional, así como medidas locales o regionales de cara a independizarse del área dólar, son tenidas en cuenta en muchas partes del mundo.

Por lo tanto, la estrategia de poder endeudarse indefinidamente, tiene en la desconfianza en el dólar otro factor limitador que si bien de momento no acaba de ser crítico, (aunque ayuda y mucho a la crisis actual), si puede considerarse de cara a un futuro no demasiado lejano, determinante. La idea de fin de la era del dólar, y pasar a un conjunto de divisas que creen una cesta para el comercio mundial, supone una amenaza vital a la economía financiera norteamericana.