domingo, 25 de noviembre de 2012

Consecuencias de la guerra de Gaza.

La guerra de ocho días tiene un claro perdedor, las políticas de Netanyahu y su entorno belicista.

Las encuestas, según nuestro panfleto de desinformación preferido, hacen referencia a la caída de intención de votos al Likud en seis o siete puntos. Aunque no nos cuentan muy bien porqué.

Todo se trata acerca de la psicología enferma de la ciudadanía israelí, acuciada con paranoyas continuas sobre malvados agresores y terroristas que tienen en segundo plano, siempre presente, el estado de sitio.

El problema es que a la sombra de la propaganda de la tecnología tanto israelí como norteamericana, se nos vende, a ellos y a todo el mundo, la bondad y eficacia de los escudos antimisiles y semejantes. Los isrealíes  desarrollan su propio escudo antimisiles y tan ufanas y sin probarlo les contaban a la ciudadanía los altos índices de eficacia. De hecho esto no es nuevo. En el guerra del golfo, la primera del 91 creo recordar, se vendían también a los Patriots como misiles antimisiles muy eficaces cuando lo cierto es que apenas un 2% de los Patriots fueron eficaces. Que no hubiera más daños por los Scuds irakies se debía más al hecho de la ineficiencia de dichos misiles, viejos y llevados más allá de su capacidad y alcance real, que no a la tecnología.

En este caso ha pasado lo mismo. Los israelíes que tocaban sus tambores de guerra contra Irán consideraban sus propios escudos antimisiles. Escudos que han fallado estrepitosamente ante cohetes de fabricación casera por más que ahora la propaganda sionista se empeñe en conectar dichos cohetes con supuestas tecnologías iraníes. No, lo cierto es que ha sido la tan cacareada tecnología israelí la que ha fallado. En parte debido al propio concepto. Un ataque masivo y en oleadas de cientos de cohetes no es lo mismo que parar uno solo. Es la misma mentalidad de las formaciones de arqueros de la edad media donde no importaba tanto la precisión como que los arqueros fueran capaces de llenar el cielo con una lluvia de flechas.

La lluvia de flechas ha soprepasado, aún con una baja eficacia, las defensas israelies. Pero incluso hay más, por ejemplo el hecho de algún misil israelí de intercepción que ha acabado fallando y cayendo en carreteras israeliés poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos que debía defender.

Por lo tanto, lo que ha fallado es la visión de seguridad que hasta ahora se ha vendido a la ciudadanía israelí y no hay que perder de vista la educación de estar continuamente amenzados que reciben.

Pero lo más importante, lo que me lleva a la escritura, son las preguntas acerca de lo que podría pasar ahora con los iraníes. Los israelies llevan años parloteando sobre lanzar un ataque. Irán no es Palestina, es un país libre, de 80 millones de personas, acostumbrado a fabricar su propio armamento gracias a los embargos. La capacidad tecnológica iraní es mucho mejor que la norcoreana, (en este caso auténtico bluff utilizado por los USA para atenazar Japón sin poner en riesgo las relaciones con China). Los iranies fabrican sus propiso aviones de combate y también todo tipo de misiles. Lo mismo que los israelíes, país que no hay que olvidar solo contiene un 10% de la población iraní.

Pero aún suponiendo la supuesta hegemonía militar israelí, no sería fácil justificar la falta de respuesta iraní con lo que la población, incluso la mayoría sionista israelí, se lo pensaría dos veces a la hora de hacer un balance de un ataque contra Irán. Por lo tanto en Gaza, se puede decir que se entierran las amenazas israelies contra Irán (que por otra parte no tienen ningún criterio estratégico de ningún tipo, incluso considerando la variante Hetzbollah).

Por lo tanto habrá que pensar en una posible distensión en el Golfo. Aunque el objetivo final siempre ha sido mantener la tensión al alza de los precios del crudo y eso es algo que querrán mantener. Así que ya veremos, pero se deberán buscar para ello otro actor que no sea el israelí.