miércoles, 28 de octubre de 2009

Postales desde Asia

La agitación en todo el gran continente es mayúscula. Se empiezan a ver cosas realmente interesantes. Desde la declaración del multimillonario neozelandés Stephen Jennigs referente a que el poder de occidente ha concluido (no que se encuentre en decadencia sino que ya ha concluido http://sp.rian.ru/onlinenews/20091028/123706050.html ), hasta un montón de cosas que ahora repasaremos (y seguramente me quedarán muchas olvidadas).
Pues la verdad es que no sé por dónde empezar. Por supuesto que habría que empezar por China pero China parece tranquila y creciendo. Solo un apunte y es que el plan de reinversiones internas que suponían casi 0,6 trillones de dólares de inversión en infraestructuras (entre un 10 a un 15% del PIB), está siendo bastante exitoso. Y de lo que se quejan las empresas occidentales es que no les dejan participar en el pastel. Alsthon encabeza la lucha contra las decisiones Chinas sobre infraestructuras ferroviarias aduciendo que habiendo cedido tecnología ahora los trenes los hacen las empresas chinas. Claro que supongo que no cedería nada gratis. Y eso es interesante puesto que frente a la inoperatividad por parte de los USA de subirse al tren de la Alta Velocidad los chinos van haciendo. El crecimiento chino parece ser la única variable geoestratégica del continente asiático que parece más que segura.
Y dentro de dichas variables por supuesto toda la guerra de tablero que se está realizando entre bloques y países. Por una parte el CSO donde la alianza de Rusia y China parece cada vez más firme. Y es que no hay que olvidar que en muchos aspectos la economía rusa y la china son complementarias. Con la puesta en marcha del oleoducto ESPO (Siberia Oriental Océano Pacífico), las inmensas reservas de petróleo Siberia Oriental, no explotadas hasta ahora por falta de capacidad para ser transportadas, alimentarán la sed insaciable china. No solo se trata de petróleo, también gas y seguramente otras materias primas, sin olvidar la cooperación en gran tecnología como la militar, espacial, aeronáutica, nuclear… China solo produce 4 millones de barriles de petróleo y las necesidades ya van por 8,5 millones en poco tiempo. Rusia plantea además la necesidad de diversificar clientes que no sea Europa lo cual llevará a desarrollar en los próximos años toda la red de oleoductos y gaseoductos que vayan de un sitio a otro de la gran inmensidad de la conocida por los chinos ‘tierra del hambre’.
Naturalmente en este enfoque entran los países del centro de Asia. Las antiguas repúblicas ex soviéticas. La muy rica en recursos naturales Kazajistán, Uzbekistán y las pequeñas Kirgistán y el Tajikistán. Que son los otros cuatro componentes del CSO a principios del 2009 dejando de momento, fuera de la ecuación a la muy interesante Turkmenistán. Donde se supone que se está jugando el Gran Juego, esta vez por definir como deben de ser las infraestructuras que deben unir internamente Asia. O bien estructuras internas que unan Asia a semejanza de la ruta de la seda o bien, como pretende USA, estructuras que salgan del interior de Asia hacia los corredores controlados por occidente para ir a zonas costeras o de evacuación típicas de cualquier imperio marítimo. Ya sea a través del corredor del Cáucaso o por no se sabe que tipo de infraestructuras a través de Afganistán.
De momento, la alianza chino-rusa parece más que inalterable. La cuestión aparece en otros países que podrían o no formar parte de la ecuación o de alguna manera balancearla. Por supuesto uno de los países más importantes sería India. Y es que aquí hace falta hacer algo de historia ya que desde la visita de Nixon a Pekín, las alianzas normales indicaban cierta conexión entre India y Rusia por una parte y por otra China y Pakistán. Por supuesto, la beligerancia India-Pakistán es lo que parece mover todo el entramado como algo que de momento también parece inalterable.
Solo que con la resolución del conflicto fronterizo China-Rusia, cediendo Rusia las islas sobre el Amur, la alianza chino-rusa se ha ido consolidando. Pero a la vez Rusia no ha olvidado la cooperación tradicional con India. Rusia participa en programas conjuntos militares con India, a pesar de que no todo va sobre ruedas. El retraso por ejemplo en la entrega de un gran portaaviones encargado por los indios a Rusia o cierta falta de calidad en algunos envíos. Pero no hay que olvidar que India fabrica aviones militares de patente rusa o que compra otro material naval o que tiene importantes proyectos conjuntos en misiles o en el nuevo caza de nueva generación que parece ser que pondría a India a la cabeza de tecnología militar de este tipo de aviones. Sin olvidar que el mega contrato de renovación de cerca de 140 aviones militares por parte de India parece haber acabado con la renovación de los aviones rusos que ya tenía por medio de las propias empresas conjuntas instaladas en India.
La cuestión India sin embargo, parece entrar en otros senderos. Por una parte la intervención norteamericana que vería con buenos ojos que India se convirtiera en un gran aliado. No hay que olvidar el intento de los norteamericanos de sabotear la compra del portaviones ruso ofreciendo uno de sus antiguos portaviones gigantes a punto de ser retirado. En todo caso el asunto indio cuenta con un problema importante, la tradicional alianza de USA con Pakistán. Y aquí es donde se pueden colocar algunas piezas. Por una parte los intentos desde dentro de India (el gobierno de Manmohan Singh desde el 2004 y renovadas en las elecciones de abril de este año), de enfrentarse a China o al menos de elevar la tensión supone por una parte el intento de hacerle el juego a los norteamericanos. Pero este tipo de políticas es oscilante teniendo en cuanta lo que se India en Afganistán y Paquistán. A espera de que Sonia Gandhi y su hijo Rahul intenten el asalto al poder en el Partido del Congreso, de momento la política sigue ciertos dictados con facciones que no ven con malos ojos esta aproximación a USA y con otras que prefieren mantener una política independiente. No hay que olvidar que la India mantiene desde siempre, por ejemplo, una adecuada diplomacia cordial con Irán. Aunque la expansión China en el Índico es un factor desestabilizador.
En la mega reunión del CSO de Yekaterinburg de Junio (junto a la reunión de Brics con la asistencia de observadores como Irán), de puntillas ingresaron otros dos miembros en el grupo del CSO. Por una parte Bielorrusia donde a pesar de determinados altibajos en la relación Moscú-Minsk parece que la alianza y los intereses son demasiado fuertes. Y por otra la entrada de Sri Lanka.
La cuestión ceilandesa es sumamente interesante. El gobierno consiguió por fin doblegar a los tigres tamiles (con grandes contactos en los estados del sur de la India) por medio de la gran provisión de armas provenientes de China. A la vez China construye bases navales en Pakistán, Sri Lanka y Birmania. Eso podría chocar con las ambiciosas estrategias en el Índico de la India por no decir que estos momentos, con el cierre de alianzas con Birmania y Sri Lanka, parece que el avance Chino es demoledor. Sin embargo hay que entender que estamos jugando con culturas diferentes del pensamiento occidental donde los análisis podrían ser más militaristas que lo que se puede entender de culturas milenarias orientales. Así India tiene tres caminos. O bien una escalada en la agresividad y desconfianza con China, que supondría quizás un alejamiento relativo de Rusia y un ansiado (por Washington) acercamiento a USA. O bien tratar y introducirse completamente en el entramado de alianzas del CSO (no hay que olvidar que tanto India como Pakistán son observadores en el CSO). O bien realizar una política propia de balanceos entre los poderes regionales y globales, más típica de una potencia en expansión llamada a ser un poder regional.
En el caso de alianza con USA, se supone que podría haber dos cuestiones que pueden interesar a la India. Pero eso solo se entendería con el visto bueno que parece estar ocurriendo de una acción para desestabilizar Pakistán y convertirlo en un país o conjunto de países, inertes y caóticos, tipo Somalia donde la India influiría a través de los USA. Eso permitiría el gran papel goloso de deshacerse del poder Pakistaní. Por lo tanto a USA le interesaría en sobremanera destruir la potencia regional pakistaní, anular Pakistán como estado para asegurarse la alianza de la India. Claro que después de tantos años de presencia colonial occidental no es tan claro que la India se deje manejar tan fácilmente aunque de momento con Singh no hay problemas.
Por lo tanto, el aumento de la violencia interna y del caos en Pakistán bien puede complementar esta estrategia. Pakistán puede estar suicidándose gracias a los ‘buenos’ consejos de su amigo USA. Y aquí es donde entran todos esos atentados absurdos con coches bombas atribuidos a los siempre convenientes ‘terroristas’. Sin olvidar que Saarcha atribuye a Blacwaters-Xe el atentado que acabó con Benazir Bhuto. O la sustitución de un viscosos y serpentino Musharraf por un sumiso Zardari. (previa eliminación de Bhuto).
La otra cuestión que puede atraer a la India es la de que el diseño de los oleoductos y gaseoductos desde Asia central podría interesar para su propio suministro, a la India. Pero aquí habría que indicar que la mayor parte de estas venas energéticas ya están diseñadas y creadas y en este asunto USA ha perdido la batalla. El TAP, gaseoducto Turkmenistán-Afganistán-Paquistán no es más que una idea sobre papel frente a las tuberías ya en fase de diseño y construcción de Kazajistán hacia la China o enlazando con la red rusa Trasneft a pesar de la terminal en el Caspio que permite cierto enlace con el BTC caucásico de BP. Es complicado para la India considerar esta opción y más teniendo en cuanta su posición relativamente sencilla con respecto a Oriente Medio.
Existen por supuesto otros focos de conflicto de los que parece Japón empieza a aparecer como un foco inesperado. El tema de las bases militares USA en territorio japonés es un tema que produce bastante descontento. Y el cambio de gobierno parece que podría impulsar una política más japonesa y menos norteamericana. Gates se ha ido enfadado de Tokio y parece que la sustitución de bases en Okinawa por Guam podría ser completa a medio plazo. Por supuesto que la tensión artificial con el régimen cómico de Korea del Norte, mantiene tanto a Japón como a Korea bajo el paraguas norteamericano. Paraguas que muchas veces se entromete en intentos de mejora de soluciones de iniciativa local. Sin embargo en el tema japonés USA cuenta con la suerte de que el contencioso de las islas Kuriles sigue empañando la posibilidad de acuerdo entre Japón y Moscú. Y eso que posiblemente el gran puerto de Vladivostok, se convierta a medio plazo en una de las ciudades más importantes del mundo si los rusos saben jugar la partida de las exportaciones de materias primas hacia Asia. Sin embargo, el acuerdo sobre las Kuriles no es un obstáculo infranqueable. Rusia está dispuesta a ceder la soberanía sobre dos de las islas. Pero es de suponer que eso solo lo podría realizar en el caso de que intuya que dicho acuerdo podría suponer una mejora notable de relaciones entre Japón y Rusia. No es desde luego el acuerdo completo que exigiría el nacionalismo japonés, aunque se podría completar con algunas cesiones menores. Sin embargo el mayor problema seguramente, es que Rusia aún no ve las ventajas que podría suponer eso para la propia Rusia al contrario de lo que ocurrió con China en el asunto de las islas del Amur. Habrá que ver cuales pueden ser los caminos que puede recorrer el nacionalismo japonés en su deambular prematuro por su independencia o si es coartado en su inicio por los USA. Este dinamismo propio de la política regional japonesa y el rumbo que pueda tomar el nuevo gobierno del PDJ tienen seriamente preocupado a Washington.
En cuanto a Afganistán solo considerar viarios aspectos. Por una parte la limitación en el uso de la base de Manás en Kirgistan a partir de este último verano. No hay que olvidar que los atentados que se iban produciendo en la frontera occidental china en torno a las olimpiadas del 2008, acabaron misteriosamente cuando las autoridades rusas y kirgises intervinieron una serie de viviendas en esta última república, utilizadas por personajes de Blackwaters-Xe. Las limitaciones en el uso de la base y de los movimientos de extranjeros limitan los movimientos reales de los intereses norteamericanos en la zona. Por otra parte la desestabilización de Afganistán puede que tampoco suponga un hecho fuera de la agenda. Se han comprobado casos de traslados de talibanes en helicópteros británicos hacia las regiones del norte de Afganistán, la zona de Kunduz sobretodo, que quizás puedan utilizarse para la desestabilización de países como Uzbekistán o Tajikistán. Los numerosos compromisos interregionales entre países de la zona, teniendo a China y Rusia como ejes centrales y con objetivos en la lucha antiterrorista o en posibles pandemias quizás tengan en mente otras ideas de las que pensemos que están tras la palabra terrorista en occidente. Tampoco hay que olvidar que tanto en Afganistán como en Iraq hay combatientes mercenarios de estas empresas privadas como Xe, Rand, CSS… En Afganistán en este momento se suponen 76.000 mercenarios. Y estos mercenarios como los reclutas norteamericanos de origen inmigrantes que aún no tienen nacionalidad (la consiguen una vez realizado el servicio militar), no entran dentro de las estadísticas de muertos de las flamantes tropas de la OTAN-ISAF.
Es muy posible que el objetivo actual más importante en Afganistán por parte de los USA sea el de poder desestabilizar toda la zona y así intentar poner trabas a cualquier posibilidad de estabilización de un gran bloque euroasiático que parece que se va formando poco a poco a la sombra del impresionante crecimiento económico chino.