jueves, 8 de marzo de 2012

Los falsos procesos revolucionarios actuales.

A determinados medios y entes de manipulación de masas les queda muy bien decir aquello de primavera árabe y convertirlo en revolución en el lenguaje diario. Ahora bien, ¿estamos hablando de un proceso revolucionario? ¿Qué es un proceso revolucionario? ¿Qué es una revolución? Y sobretodo, ¿cómo se hace?


La revolución tiene un carácter que la diferencia de otros movimientos de contestación. Podríamos hablar de protestas, reivindicaciones y revueltas a lo largo de la historia, pero pocas alcanzan el rango de revolución, incluso de revolución fallida.


Lo que vemos en Europa hoy en día, en Grecia o en Rumanía, de momento queda en el bando de las protestas. Una protesta que tiende hacia la violencia en algunos casos concretos pero que no alcanza el grado de revuelta.


En casos de revueltas como la de los campesinos de la jacquerie en el siglo XIV, o la contemporánea de aquella en la revuelta burguesa de Etienne Marcel (de más duración y cierto éxito temporal), tenemos ejemplos históricos importantes. El caso algo anterior de las revuelta burguesa de Flandes es más revolucionario. La diferencia entre estos procesos estriba básicamente en la alternativa para sustituir el poder. El Flandes textil y urbano del siglo XIV se renueva en sus revueltas hasta conseguir obtener el poder con Artevelde si bien de forma temporal. Tanto Artevelde como Marcel obtiene el poder y es lo que les diferencia del resto de las revueltas. Si bien no consiguen un cambio final y duradero.


El poder no se entrega, se tiene que tomar. Las élites son remisas a abandonar el poder y un cambio auténtico en el poder se debe de dar por medio de revueltas. Así la revuelta, más o menos violenta, junto con la alternativa de poder y la capacidad para articular cambios duraderos sería lo que caracteriza una revolución.


La revuelta violenta, depende en su grado de violencia de la debilidad del poder anterior y de su capacidad de resistencia. En el siglo XXI, debería ser más sencillo en los procesos democráticos, obtener unos cambios revolucionarios que sin embargo no estarían exentos de demostraciones de fuerza.


Pero el segundo punto a considerar sería el de disponer de órganos instituidos, instituciones incluso, para sustituir y articular a lo que podríamos llamar las masas de la revuelta. En el caso de la revolución norteamericana de 1774 vemos como el poder colonial británico cuenta con un poder propio de las colonias con sus asambleas y sus órganos de autogobierno que en muchos casos desafían las leyes del Parlamento inglés.


En el caso de la revolución francesa el órganos por excelencia de poder fueron los Estados Generales, que se convirtieron en el bastión de la alternativa de poder establecido.


En la revolución rusa, cuando el poder absolutistas zarista no dejaba margen para instituciones alternativas, tenemos procesos de formación de asambleas propias organizadas. En este caso la segunda revolución cuenta con la organización de los soviets, de las asambleas locales. Todo el poder a los soviets era la frase revolucionaria que consistía en tomar el poder organizando un poder alternativo.


En la revolución burguesa de 1848 también vemos esta mezcla de revueltas y de lucha mediante la toma del poder de los órganos abiertos por la revolución francesa y que permitían cierto grado de representatividad en los gobiernos teóricamente casi absolutistas. En Francia es previa una revuelta desde arriba, en 1830 con la sustitución del absolutista Carlos X por los Orleans, previa a la revuelta de 1848. En todos los casos hay un proceso de revuelta que va más allá de la protesta. Un cambio en la organización del poder y un recambio del tipo de élites que lo toman.


Así en la revuelta fallida de la comuna, se acaba en un proceso republicano pero en una república burguesa y conservadora.


¿Debemos descartar en los procesos revolucionarios los procesos dirigidos desde arriba? No lo se. En todo caso los procesos desde arriba solo alientan el cambio de determinada parte de la élite. Luchas de grupos de poder. Podemos hablar de regenacionismo o no, en función de la bondad de las reformas hacia las capas más bajas de la pirámide social.


Por lo tanto, de momento quedaría mucho para ver una revolución en Europa. Sobretodo se debería dar la posibilidad de órganos de poder que reten a los órganos instituidos. Podría se una Unión Partriótica o la formación de asambleas locales ajenas a los poderes públicos tradicionales. Pero la democracia, como antaño los absolutismos, han tendido a no dejar brecha alguna para instituciones alternativas bajo el paraguas de que el sistema actual garantiza las 'libertades'.


En el caso de la primavera árabe vemos revueltas, en algunos casos más o menos violentas. En Túnez y en Egipto hubo sangre, y hubo una renovación de algunos elementos de las élites. Pero no de lo suficiente como para considerar un cambio. Todo lo contrario, se llevó a cabo una renovación hacia elementos que pueden excavar más en la dirección anterior.


El caso Libia es un caso especial donde los elementos ajenos, extranjeros, son perturbadores del proceso. Pero se han producido determinados elementos revolucionarios. En primer lugar la existencia de órganos de gobierno alternativos. Primero los organizados en el exterior, sobretodo en Londres, y después la capacidad para organizar órganos de dominio sobre poblaciones, como los emiratos que se formaron en Derna y otras localidades, o la toma del poder en Bengazzi desde el primer momento que permitía tener un 'territorio liberado'. Evidentemente se dan las características de cambio de las élites anteriores. Ahora bien, el poder queda ahora en manos de entes ajenos al país, corporaciones, mercenarios, salfistas afganos... mientras se lucha con las estructuras tradicionales como las tribus. La última consideración el proceso de partición del país.


¿Se ha tratado de una revolución? Sí, de una revolución que tiene mucho de invasión, y mucho de revolución contraproducente. ¿Sería pues otro elemento de una revolución considerar que se trate de un proceso surgido desde dentro? En principio las revoluciones se apoyan en las revueltas. Las masas ponen la sangre en determinados momentos para apoyar los cambios de sustitución. No ganan los elementos que luchan en las calles, sino los que luchan en estos órganos de poder alternativos que pugnan por tomar el poder real. Pero claro, si estos órganos están dirigidos desde fuera plantea dudas.


En el caso sirio, el proceso de 'tierra liberada' a partir del emirato de Homs, se ha abortado. Y de momento hay que intuir que no existen órganos internos alternativos al poder. Por lo que en estos momento un cambio de poder debería ser considerado dentro de una invasión externa. Una nueva 'revuelta' o invasión apoyado por elementos terroristas, mercenarios y extranjeros no es descartable, pero desde luego de momento el proceso revolucionario se ha abortado.


En los casos de Egipto o de Yemen es muy curioso observar como los antiguos regímenes, encarnados en los dictadores, solo son sustituidos y por lo tanto no hay cambio revolucionario. Se trata de revoluciones gatopardianas aprovechando las válvulas que son las revueltas donde se quema parte del malestar del pueblo.

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