viernes, 18 de enero de 2008

Elecciones. Control de Población. La Democracia secuestrada.

Y estamos en campaña electoral.

El sistema electoral bipartidista es una de las formas de control de población establecido en España. Lejos de parecer democrático, durante este periodo se da vía libre para la entonación de la división poblacional en dos facciones enfrentadas, reforzando los lazos emocionales con la fracción elegida.

Se dice que las elecciones dependen de una masa central que se mueve de forma pendular dependiendo de váyase a saber que.

Mi lectura desde luego es diferente.

Me baso en la división sociológica de cualquier país avanzado. En estos países, la masa semianalfabeta, o de analfabetos funcionales puede representar del 70 al 80% de la población. En principio se debe reforzar los lazos emocionales de estos colectivos y si existen individuos con dudas se pueden dar una serie de pautas de reconocimiento del individuo con el líder. Ya sea por el aspecto del líder, la estética y la ética secundaria, el vocabulario o los gestos. Desde la aparición con las chaquetas de cuero barato y pantalones de pana de Guerra, Felipe y compañía, hasta dejar el traje en casa y ponerse ropa esport, jersey sin marca o aparecer haciendo deporte. Todo vale en la estética donde una imagen vale más que mil mensajes. Es el reconocimiento visual, la identificación con el líder. Y para ello es necesario colocárnoslo hasta en la sopa.

Por supuesto el canal por excelencia es la tele. No importa si va gente o no a los discursos, ya sea en la Uni ante cuatro curiosos pero si hay 20 periodistas pues es lo que se gana, vale más una imagen de 6 segundos en la tele que un buen discurso ante un auditorio de unos cientos de estudiantes. Lo que no es permisible es que esos estudiantes armen follón, así que mejor elegimos campo para ir a hacer ver que somos intelectuales.

La diferencia entre los aspectos secundarios de los líderes y partidos para la identificación emocional de las masas, se basa en España en los conceptos de tradicionalismo y de casta trabajadora. El tradicionalismo mentecato nacionalcatolicista, el conservadurismo de las clases que tienen alguna cosa y temen que los rojos inmundos muertos de hambre les quiten lo poco que tienen, tradicionalismo en las formas de pensar y de vivir, un conservadurismo rancio más allá de cualquier asomo de liberalismo empresarial que nunca ha existido en España salvo en Catalunya y Euskal Herria.

Por otra el discurso obrero o semiobrero del bocadillo de chorizo y pan para todos, la excusa del café para todos, una mezcolanza de poder defender bajo el ala a toda clase de sensibilidades minoritarias que suenen a progresismo, es decir, lo que el tradicionalismo rechace por una parte, y lo que podamos rebañar por otra.

Pero todo eso no son más que excusas emocionales, guiños en las formas y en los lenguajes, el hacer referencia a la guerra civil, lo cual solo favorece ese enfrentamiento bipartidista. El enfrentamiento entre dos españas refuerza la elite en el poder a través del control de los dos partidos.

El bipartidismo supone un fuerte control de la población, sin opciones a terceras vías, sobretodo cuando el control interno de los partidos hace imposible la democracia interna (haciendo inconstitucionales a los propios partidos políticos según el artículo 6 de la constitución vigente).

Pero para eso tenemos a la España emocional, del 70-80% de población, convencida por el discurso fácil, la frase corta y fácil de recordar que verdadera o falsa, más falsa que verdadera, actúa como eslóganes de propaganda emocional y banderines de enganche sin contenido.

Por otra parte está ese 20-30% de población que piensa. En USA, es más sencillo. Siendo la Universidad cara, la mayoría de ese 20-30% proviene de familias ricas y por lo tanto se puede realizar una división mejor del control social. Las familias obreras no tienen acceso o casi no lo tienen. En algo parecido a la lucha de clases romana, de optimates contra populares, donde apenas se tenía en cuenta los intereses de los infra clase, de los provinciales o de los esclavos. El esclavo no tiene alma, decía Aristóteles. Los modernos esclavos son los trabajadores asalariados mileuristas. Y tampoco tienen alma ni ganas de pararse a pensar.

Para el control de ese 20-30% de la población, que al final puede influir en la masa, se utilizan otro tipo de discurso menor emocional, más intelectual. Sólo en ese caso el convencimiento sobre el eslogan. ¿Por eso IU no gana ningún voto? ¿Lo hacen a posta?

En estos casos se utilizan medios más sutiles. La manipulación de la información. (El analfabeto funcional no entiende el contenido de un artículo de un periódico o el contenido de un reportaje complejo de la tele, el analfabeto funcional no ve En Portada o 60 Minutos.)

Así que los controles de prensa, y el discurso monotemático de las plumas del país van dirigidas a convencer a ese 20-30% con argumentaciones. Por su papel como influenciadores del resto de la población, el control de información y su dirigismo es esencialmente estratégico.

En el fondo el discurso de los argumentos tiende a tender una red compleja sobre los temas para dar la imagen de líder o partido con respuestas. No importa si son adecuadas o no. Lo esencial es no tocar los límites de las líneas rojas que suponen la esencia de la estrategia de estado (Entiéndase por estado los 3000 o 4000 sujetos en las elites empresariales, de comunicación, elites políticas, altos funcionarios del estado, banqueros... junto con los intereses de los aliados y del imperio al que se pertenece.)

Por lo tanto, la idea básica es llegar a la misma respuesta por varias vías diferentes. Enseñar la diferencia de la igualdad, y hacer ver que se está preparado mientras la alfombra de los medios oficiales de difusión de ideas, refuerzan los mensajes esenciales sobre los temas que han de ser considerados esenciales por el sistema de control de masas.

Existen desde luego los que no aceptan o entreven parcialmente (es imposible hacerlo completamente sin estar dentro del estado ni incluso así), las mentiras del sistema. Por supuesto pueden ser una minoría, sin acceso a medios de difusión y tienden a ser intelectuales por lo que no adoptan posturas emocionales. Si en caso de escaparse de las manos algún colectivo, para ello están los medios de manipulación de masas, para tender a utilizar la red emocional y argumental en su condena a pesar de la incoherencia con el teórico sistema democrático.

Bueno pues periodo electoral, bienvenidos al circo.

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