miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Cómo derribar el dólar? Causas de una crisis


Volvamos sobre la crisis económica mundial. Y sobretodo cuando empezó. Desde luego que hay muchas causas e inicios, tantos como gente esté dispuesto a darla. Para mí, los primeros síntomas decisivos fueron justo antes de la mini crisis bursátil de Mayo-Junio de 2006. Justo cuando la FED decidió no publicar más la M3, la masa monetaria en dólares. Claro que eso tiene el truco de poder calcularse, al menos grosso modo, a partir de otras cifras. Pero claro, con eso queda la duda de no existir una cifra ‘oficial’. Una forma de desinformación por cruce de cifras no del todo coincidentes. En fin, cosas de la intoxicación informativa.

Pero además en esa época hubo las primeras tensiones en la deuda USA, lo que ya señalaba que los signos de expansión financiera estaban cambiando.

Volviendo al dólar. La depreciación en el índice dólar, desde digamos medio año o algo más, sólo es una aceleración en la tendencia de largo plazo. Si anteriormente a las políticas de mediados de los 80s, después de la política de subir tipos de Volcker, el index dólar estaba a 160, hoy, apenas supera los 72. La depreciación ha sido constante aún con momentos de apreciación como en la era Clinton. Y es que no debemos olvidar que Clinton tenía entre sus prioridades económicas la de evitar el déficit público.

Después baby Bush, tuvo otras ideas basadas en las reaganomics, es decir, aquellas por las que el déficit público no existía. Total, es igual porque imprimiendo más dólares se paga lo que sea.

Deberíamos volver a analizar al estrategia económica de USA, desde principios de los años 70, cuando Nixon inicio una serie de revoluciones que más tarde implementarái Reagan y que mantendría el sistema económico desde esa época hasta hoy. Por ejemplo el acuerdo de 1970 con la OPEP (cuando el oil aún costaba 1,80 dólares/barril y parecía inamovible), el abandono del patrón oro diseñado en 1944 por Bretton y Woods, o acabar con el sistema de seguridad social de estilo New Deal.

Desde luego, en ese aspecto, las administraciones republicanas desde entonces, han sido especialmente proactivas en implementar estos planes bajo el paraguas ideológico del monetarismo de la escuela de Chicago, también un encargo de Nixon, más tarde transformado en neoliberalismo en España o doctrina neocon. Algo tan absurdo como necesario. De la misma manera que la ideología de David Ricardo sostenía el libre comercio inglés hasta la crisis de 1873 que acabó con el predominio económico británico.

Es posible que estemos en el mismo caso, en el inicio del fin del imperio. Desde luego que en 1873 el Reino Unido no se acabó, y aún continuó caso 75 años más como gran potencia, pero ya no fue lo mismo.

En este caso deberíamos entender cuales son las posiciones en relación a las políticas estratégicas económicas imperiales de USA, sus planteamientos en las estrategias diseñadas en 1970 y el planteamiento de los diseños imperiales.

Si consideramos a los USA como un imperio de tipo marítimo, es claro que la preferencia de este tipo de imperios es la de garantizar el monopolio de las rutas comerciales para poder no sólo abastecerse, sino también controlar el abastecimiento de los demás. Un ejemplo lo he puesto en un artículo anterior dedicado a la Atenas del siglo V AC. Pero existen otros muchos ejemplos como Holanda en el siglo XVII, o Inglaterra a partir del XVIII.

El imperio americano, que nace después de la II Guerra Mundial, con aires militares, no hay que olvidar la disputa de la Guerra Fría hasta 1989, que dará el aire marcial a las características imperiales. Y por nacer después de la II Guerra Mundial, nace a partir de mantener diferentes sapatrías o provincias ocupadas como Japón, Alemania Occidental... o bien países que le deben favores como Corea del Sur, Taiwán... Antes de 1945, la influencia de USA en el mundo se circunscribía a ‘América (el continente), para los americanos (los de USA)’, la doctrina Monroe, más bien expuesta para evitar la intervención europea en el cono Sur y que no se pudo poner en práctica hasta después de 1873 (No hay que olvidar intervenciones europeas como la francesa en México en los años de 1860, o el influjo inglés en todo el cono sur durante todo el siglo XIX). Pero en 1930, USA firma un pacto muy extraño con la casa de Saud, mediante el cual se compromete a la defensa de la Casa de Saud a cambio de controlar el acceso al petróleo. Unos intereses de USA (o mejor de sus petroleros), que aumentan a medida que el Reino Unido va abandonando la zona después de la II Guerra Mundial, hasta los años 70. No es de extrañar que se firmara el acuerdo con la OPEP justamente después o en vísperas, del abandono británico de las últimas posesiones en el Golfo, aunque tampoco tiene especial importancia dada la sintonía entre ingleses y norteamericanos.

Pero lo fundamental es que a partir de finales de los 60, los USA viven en un inmenso y creciente déficit comercial y por cuenta corriente. Pero tampoco importa. Por regla general, las grandes potencias marítimas suelen ser países con déficits de productos necesarios que deben buscar fuera y garantizar la seguridad de su abastecimiento. Para lograr que estos déficits no sean contraproducentes para las economías, se utilizan diferentes armas de tipo económico. En este caso, el dólar. Y sobretodo el dólar de cambio flotante.

Pero para garantizar que el dólar de cambio flotante no estalle en problemas inflacionistas por la impresión masiva sin contrapartidas, se crean elementos para garantizar la exportación de inflación. (No se trata simplemente de imprimir, que sería la M1, insuficiente, sino además de disponer de un sistema financiero de deuda adecuado para multiplicar la M1). Uno de ellos es el libre comercio, algo ya antiguo, que garantiza los más bajos precios posibles en las importaciones. Tal como se hacia con el déficit comercial inglés del siglo XIX. Pero existen muchos otros como pueden ser las armas de tipo monetario a nivel de comercio mundial. Es decir, que la libertad de cambio flotante permite aumentar considerablemente el número de dólares para garantizar que sea adecuado a las necesidades de comercio mundial. Imprimir tantos dólares como sea necesario para estar presente en cualquier transacción mundial, y garantizar la abundancia de dólares en todo tipo de transacciones sin necesidad que los USA estén de por medio. De esta manera buena parte de los dólares impresos tienen garantizada su utilidad. Podemos imprimir todos los dólares que queramos al ritmo del crecimiento del comercio mundial (siempre que sea en dólares). Uno de los mercados más importantes de comercio mundial ya estaba garantizado por el acuerdo de la OPEP de 1970, lo mismo con muchas otras materias primas. En parte porque los USA son una economía tan grande que a pesar de todo, siempre están presente en buena parte de las transacciones, y si no lo está USA, lo están sus aliados o provincias imperiales, ya sea Japón, Alemania, Corea del Sur, los países latinoamericanos, los países europeos...

Pongamos el caso actual de comercio entre Argentina y Brasil que actualmente alcanza los 25.000 millones de dólares anuales. Este comercio se realiza en dólares pero no afecta a USA. Y lo hace en buena medida, porque a pesar de muchos vaivenes, el dólar es más seguro históricamente, que las monedas de ambos países. Sin embargo, la propia seguridad del dólar se basa, además de en la ausencia de conflictos internos en USA, en el dominio del propio comercio internacional y en su posición de moneda de cambios internacional. El plan actual en este caso, entre Argentina y Brasil, ambos miembros del MERCOSUR, consiste precisamente en cambiar esta posición del dólar y empezar a realizar sus intercambios con garantías de cambio entre ambas monedas.

Si vemos la posición del dólar en su papel central de moneda de cambio, observamos que no es necesario muchos de los aspectos de imperialismo clásico. Si uno de los aspectos del imperialismo es la centralización de las relaciones en un punto imperial, ya sea la Roma imperial con sus vías y caminos, o Inglaterra u Holanda con el control y centralización de las vías de comercio marítimo, a los USA les basta mantener el control de la centralización de las relaciones financieras.

Si para el imperio británico lo más importante era la Royal Navy, en el sentido de poder mantener el control de las rutas y generar los beneficios por seguros y reaseguros marítimos, fletes, transportes y redistribución de productos... en USA el papel de la Royal Navy lo hace Wall Street, diseñando y controlando las rutas de comercio financiero mundial, y por supuesto quedándose con cada migaja necesaria. A parte de la ventaja que se obtiene por tener la máquina de hacer dinero gratis. De nuevo el sentido radial de las relaciones como forma de dominio de un centro imperial sobre sus provincias. No importa lo ricas que sean las provincias, contra más ricas mejor, siempre y cuando mantengamos el control de los flujos que garantizan el control de las crisis para cerrar o abrir los grifos necesarios.

Las políticas de déficit cero de la administración Clinton, garantizaban que al no tener que emitir demasiada deuda, los dólares fueran menores. Por lo que el valor del dólar era superior. Eso se veía en los precios de las cotizaciones del petróleo que llego a estar por debajo de los 20 dólares, y con una demanda no demasiado inferior a la actual. Por otra países con monedas ancladas al dólar veían sus exportaciones dañadas, como en el caso de México en 1994 o en el caso de Argentina, que si bien pasaba a ser un país con déficit, el anclaje al dólar dio por un tiempo la sensación de prosperidad, hasta que las tornas en la política monetaria norteamericana cambiaron y estalló el corralito. La crisis asiática de 1997-98 también estaba relacionada con problemas de déficits insostenibles y en la crisis de confianza en los cambios lo que terminaron de generar crisis económicas reales.

Sin embargo, durante la era Bush, el retorno al déficit garantizaba una inflación sostenida por la necesidad de generar nuevos dólares que se acumulaban en el exterior y a la vez eran cambiados por la propia deuda norteamericana. Lo que genera las grandes reservas de China, Japón o Rusia. Todo ello debido a la preponderancia del dólar, un dólar impreso sin valor de sostenimiento más que la fe en su papel de moneda de cambio internacionales.

Sin embargo durante esta época han aparecido nuevas formas y amenazas en el sistema dólar. La primera la de Saddam Hussein que amenazaba con romper el pacto de la OPEP de 1970 y no vender en dólares. Cuestión que desde hace poco está implementando Irán. Pero además hemos visto el nacimiento del euro, que ha supuesto, después de los primeros coletazos, un valor seguro de sustitución. Sobretodo en zonas antes dominadas por el dólar como gran parte de la Europa del Este.

No solamente eso sino además que el crecimiento mundial esta responsabilizado por nuevos países de rápido crecimiento y fuera del influjo político directo norteamericano como Rusia, China o India.

En Latinoamérica, la estructura de MERCOSUR, la resistencia al ALCA y la aparición de alternativas en expansión como el fenómeno Chávez, que se ha expandido a Bolivia, Ecuador, Nicaragua... incluso países como Argentina o Brasil tienden a un distanciamiento más adecuado aunque menos radical, como supone el pago de la deuda del FMI, o los planes de comercio mutuo, MERCOSUR o los planes para la creación de una moneda común. Mientras Venezuela tiende a la diversificación de sus exportaciones petrolíferas, al diseño de nuevos tipos de intercambios como el de médicos cubanos por petróleo. Pero sobretodo se trata de un aumento de los intercambios Sur-Sur y a la vez el aumento de China en su papel de búsqueda de recursos mundiales o incluso la tímida aparición de la India.

El tema de la decisión radical de Irán de no aceptar dólares, es un paso correcto en el planteamiento antinorteamericano y ataca directamente a los intereses imperiales.

Pero sobretodo es la propia decadencia en los intercambios comerciales y de todo tipo fuera de los USA. Es decir, zonas como Europa o Sudeste asiático han reducido la proporción de comercio con los USA durante las últimas décadas. En Asia Central se desata una guerra sorda por el control de los recursos, sobretodo el gas, donde el último golpe de mano no ha sido favorable a USA. La decisión de los países de Asia Central, sobretodo Turkestan, de utilizar la red de gaseoductos rusos, a cambio de la venta del gas a precios europeos. En otro plano, la propia decisión de muchos países del Golfo de revaluar sus propias monedas hace que el cambio no sea favorable al dólar en cuanto a número. Los proyectos de monedas regionales a ejemplo de la europea, casos de Sudamérica, los 6 países del Golfo, o el sudeste asiático, también son amenazas notables a la centralización del comercio en dólares. En otro aspecto, la amenaza de proteccionismos y regionalizaciones de las economías suponen una disminución del comercio mundial que a la vez supone otra amenaza en cifras totales para la necesidad de dólares.

Es muy posible que la crisis actual no suponga el fin de la hegemonía norteamericana de forma inmediata, pero el empeoramiento de la crisis, cuestión sencilla de asumir debido a la naturaleza de la misma, supone el inicio de unos cambios importantes que suponen una reducción final del dólar y por lo tanto de la hegemonía americana en el mundo. Un país demasiado endeudado, con sus fundamentos productivos mermados, con poderosos rivales surgiendo, y con unas bases de hegemonía tocadas, es muy difícil que mantenga su papel como única potencia. Lo cual plantea el problema de cómo lo llevaran los propios norteamericanos y si serán capaces de constituir una amenaza aún mayor para el resto del mundo en su intento de resistirse a las fuerzas lógicas de la historia.

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