domingo, 23 de marzo de 2008

LEIRE PAJÍN SOBRA


Esta chica, joven, con formación no se sabe o al menos yo no lo sé, pasa a ocupar puestos de importancia en el PSOE. Concretamente en los apartados de cooperación internacional. No hace mucho que la vimos con la vicepresi, la amiga de Botín y sus cesiones de crédito, en Mozambique, bailando el cumbayá local.

Bueno, no hay nada malo en ello. Leire Pajín, creo que entró a formar parte del congreso de los diputados como la más joven en su momento, o algo así. A mí la verdad, es que estos vericuetos de la política mafiosa de partidos, ni me van ni me vienen, si no fuera porque después acaban en decisiones que directamente afectan a todo el mundo.

Bueno, a lo que iba, la chica parece de esas chicas preocupadas de los problemas en el mundo, de lo de la pobreza y esas cosas. Pues nada, ponemos a una idealista y así mejoramos la imagen. Tampoco hay nada malo en ello.

El problema viene de dos apartados independientes entre sí. Por una parte los deterioros en las balanzas por cuenta corriente, y por otra las transferencias de la inmigración. Tampoco hay nada malo en ello. Si los inmigrantes, sobretodo las inmigrantes, trabajan duro para pagarle a los hijos que han dejado en Ecuador consolas y Nikes, o al marido para que pueda seguir bebiendo o lo que sea que hacen los machistas en esos países del tercer mundo. Tampoco hay nada malo en eso, al fin y al cabo es su dinero, ellas se lo han ganado trabajando muchas horas por muy poco y dejando a la familia por ahí abandonada. Que más da si deciden enviar un tercio o más de su pobre salario inferior a 1000 euros, a las otras partes del mundo. Ya sean estas empleadas del hogar o los chicos subsaharianos que envían 200 euros a su morabito en Gambia o Senegal. Bueno, que hagan lo que quieran.

El problema es cuando repasamos cifras globales. Más de 8.100 millones de euros de transferencias por envíos de la inmigración. Superior al 0,7% famoso de la ayuda al desarrollo. Pero si miramos la ayuda a la cooperación, ese apartado dirigido políticamente por Leire Pajín, nos encontramos con otros más de 5.000 millones. Ole, ole, los amantes de la ayuda al tercer mundo deben de estar satisfechos. De repente, España se ha convertido en uno de los mayores donantes. Y no se trata de ayuda en prestamos a países terceros que deben ser gastadas en servicios y productos españoles, sino de ayuda directa a las poblaciones. Sobretodo en el caso de las transferencias de la inmigración. Para que los chicos latin kings de las calles de Guayaquil puedan comprarse sus ropas de raperos de marca.

Tampoco tendría importancia ese gran esfuerzo español en transferencias si no fuera porque la balanza por cuenta corriente no funciona y que pasamos a ser el primer país junto con los USA, en deterioro de nuestras cuentas exteriores. Tampoco ayuda que las multinacionales españolas, acaben gastando sus subvenciones, como las subvenciones eléctricas, en comprar empresas en el exterior, cuando deberían utilizarlas para la mejora de su productividad. Pero bueno, tampoco es importante. Al fin y al cabo se trata de deuda de particulares, claro que si pasan cosas gordas, el gobierno del PSOE puede aplicar aquello de socializar las pérdidas.

En fin, considerando el enorme flujo de capitales en transferencias por la inmigración lo mejor sería no gastar dinero público en esas cosas y reducir la ayuda a la cooperación de forma sistemática, digamos que en un 80%. Pero como estas cosas de la política siempre se llevan por delante intereses rastreros, como la importancia de un político en función de la cantidad de fondos que gestiona, pues eso puede suponer una merma en la importancia política en la chica dentro del partido. Junto con la amargura de que no se da de comer arroz a los pobres del tercer mundo. Sí, sí, que mala soy, pero es que las cuentas son las cuentas y creo que eso del 0,7% se cumple de sobras con las transferencias.

Cierto es que existen una serie de necesidades o de compromisos. Por ejemplo, seguramente la ayuda a la repatriación de subsaharianos pateriles, se supone que no es gratis. Pero claro, habría que ver cuanto pone en esto la UE, o sino llevar las pateras directamente a la Junquera. Junto a ello otros compromisos cuanto menos que políticamente indecentes, como los prestamos con garantías de compras en productos españoles o mucho más interesante, el apoyo a grupúsculos de ayuda exterior en plan ONGs y esa gente de salvemos el mundo. Hay que salvar el mundo pero con el dinero público, claro. Por una parte la merma de poder político dentro de los cargos de gobierno, por otra la perdida de poder de influencia dentro de esos grupúsculos pogres de la ayuda al desarrollo. Naturalmente que eso suponen apoyos varios de tipo político, que dejan a la chica como adalid del mantenimiento de la ayuda exterior. No importa que España no pueda pagar, eso no importa, con tal de mantener sus cuotas de poder político dentro de la pseudodemocracia de partidos. Pero claro, lo de malversación de caudales públicos, y el deterioro de las cuentas públicas, es en lo último que piensan estos politiquillos subnormales, ambiciosos y egoístas que hay que recordar, representan a la ciudadanía de España y no a la de Paraguay, Congo o Mozambique. Si no se puede no se puede.

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