sábado, 26 de abril de 2008

Inflación global de alimentos, racionalización arróz: Cargill, Dreyfus, ADM, B&B...

Creo que hay dos cuestiones, por una parte que los especuladores internacionales se han fijado en los mercados de derivados sobre alimentos.

Según el artículo de Rebelión referenciado al artículo en el excelente mexicano LaJornada

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=66477

....Una docena de compañías claves, aliadas a unas 40 empresas medianas, dominan la cadena alimenticia en cuya cúpula se encuentra el cártel de las seis trasnacionales de granos: Cargill, Continental CGC, Archer Danields Midland (ADM), Louis Dreyfus, André y Bunge and Born. Su dominio es prácticamente absoluto en el mundo de los cereales y los granos desde el trigo, maíz y avena, pasando por el sorgo, cebada y centeno, hasta las carnes, lácteos, aceites y grasas comestibles, frutas, vegetales, azúcar y especias. Un organigrama del cártel alimentario tendría a la cabeza a Archer Danields Midland, Unilever, Grand Metropolitan (Pillsbury), Cargill y Cadbury, que se subdividiría en siete rubros:

1.
Granos (Continental, Cargill, Bunge & Born, Louis Dreyfus, ADM-Topfer, André, Quaker Oats); 2. Carnes (BP, Conagra, Cargill, Sara Lee, Hormel); 3. Lácteos (Nestlé, Borden, Kraft, M.E. Frank, Hoogwegt, Unilever); 4. Aceites y grasas comestibles (Unilever, ADM, Procter & Gamble); 5. Azúcar/cacao (Nestlé, Tate & Lyle, Cadbury); 6. Bebidas (Guiness, Bass, Seagram, Coca-Cola, Pepsi-Cola, Anheuser Busch); y 7. Distribución (Nestlé, Grand Metropolitan-Pillsbury, RJR Nabisco, Phillip Morris, Kellogg, General Mills, United Biscuit, BSN, Hillsdown Holdings, Ralston Purina, Safeway, Chiquita International).

Cargill exporta 25 por ciento de granos de EU y es de las principales empresas de ese país con ingresos por 88 mil 300 millones de dólares el año pasado; opera con una importante rama financiera para riesgos en los mercados de futuros y cuenta con un hedge fund: Black River Asset Management.

Continental CGC se ha especializado en cereales, aves, porcicultura, carne de res, inversiones en seguros, bienes raíces y compra de activos empresariales. Archer Daniels Midland (ADM) se ha consagrado al negocio de los biocombustibles y 43 por ciento de sus ganancias provienen de productos subsidiados por el gobierno estadunidense.

La madeja de integración vertical y horizontal del cártel alimentario es impactante, pero más asombroso resulta el paraguas financiero de sus otrora grandes bancos (antes de su insolvencia global), primordialmente anglosajones y suizos, vinculados con su estructura operativa de control del aparato gastrointestinal del impotente género humano totalmente avasallado. ¿Cómo vamos a responder los ciudadanos del mundo a este desafío mayúsculo?

Este cártel alimentario también responde al nombre de Cártel de Windsor, debido a que según algunas fuentes, la propia familia real inglesa tendría grandes intereses en el mismo.

De hecho, el cártel supone la coordinación de cuatro grandes zonas de producción alimentaria: Norteamérica, la Europa de la UE, Australia y las llanuras de Brasil y Argentina y zonas complementarias.

La estructuración de tal cártel se debe a la capacidad de la globalización en el mundo. Desde mediados de los setenta y con la era Thatcher y Reagan. El abandono de la guerra fría deja las manos libres para dedicarse a los negocios a nivel mundial. Y en economía globales, las productividades exigen economías de escala que pocos inversores pueden hacer frente.

La apertura de los mercados globales, supone que los precios internacionales acaben influyendo en cualquier tipo de productor en el más recóndito rincón del planeta. Eso no es nuevo. Muchos países africanos han sufrido terribles crisis por los vaivenes de los precios de los monocultivos que el FMI exigía que cultivaran. La caída del precio del algodón supuso grandes crisis en África.

Lo que sí que es nuevo es la situación referente a los mercados de derivados. En el CME de Chicago, se negocian todo tipo de materias primas. Es lógico si consideramos que Chicago desde siempre se ha dedicado a negociar las carnes de las haciendas ganaderas norteamericanas del Medio Oeste. Pero en esta ocasión existe la capacidad de hacer más líquidas y accesibles las inversiones. Cualquiera puede negociar futuros sobre carne, maíz o trigo. Algo semejante al mercado mundial de petróleo u otros mercados de materias primas.

Por una parte la capacidad de convertir en activos financieros y especulativos, los alimentos. Por otra la especial situación actual, con el dólar tocado profundamente.

Con una economía en déficit por cuenta corriente continuo alcanzando cifras enormes de PIB desde hace 40 años, y sin capacidad de ahorro, la economía norteamericana debe ingresas activos en dólares o bien dejar que su moneda se devalue. En el contexto actual, la inversión en materias primas supone un buen activo de revalorización. Pero en cierta manera las maneras primas más lógicas, como metales, petróleo, gas... podrían sufrir una bajada de demanda debida a una crisis global. Por otra existen otros muchos actores que hacen que no sea tan sencillo manejar mercados de este tipo, al menos de forma continuada (la OPEP, Rusia...)

Además se da otra consecuencia importante, que es que la propia debilidad del dólar y cuestiones políticas relacionadas con los propios tenentes de divisas, hacen que la deuda pública norteamericana ya no sea tan atrayente. Se buscan activos que puedan lidiar una eventual caída fuerte del dólar mediante la revalorización. En este caso tenemos dos ejemplo, la formación de fondos soberanos en países como Noruega, países del Golfo, Rusia o China, cuya intención primaria no es invertir en típica deuda americana del bono a 30 años, y por otra parte las tendencias a diversificación de divisas o incluso a rechazar el dólar como en el caso iraní.

Por lo tanto, la cuestión esencial sobre la crisis de inflación global parte de la situación del dólar y de la propia economía norteamericana, además de la propia política norteamericana. Son los propios inversores anglosajones los que canalizan sus dólares hacia activos seguros, dada la demanda rígida. La única manera que veo de combatir esta situación sería la de desligar los mercados internacionales del dólar y de los derivados globales por una parte, y aumentar significativamente los tipos de intercambios sur-sur.

El gesto de USA de racionalizar el arroz, gesto sorprendente por lo que tiene de ilógico, no puede deberse bajo ninguna circunstancia a una falta de arroz. EN otras épocas, la oferta mundial de arroz era menor y si que podía amenazar con desabastecimiento. En este caso los datos sobre países como Tailandia y otros exportadores, así como los de comercio real, no pueden suponer un desabastecimiento.

En mi opinión se trata de un gesto de cara al consumidor norteamericano, de cara a justificar los aumentos considerables de precios. LO cual muestra hasta que punto el gobierno y los políticos están enredados en políticas privadas y especulativas contrarias a los intereses de los ciudadanos. De esta manera, echándole las culpas a las malas cosechas, (extrañamente siempre suben pero nunca bajan), a los consumidores que son los chinos (como si ayer o el mes pasado hubieran nacido 2000 millones de chinos nuevos) o a causas foráneas o naturales, se pueden esconder otras causas más reales: lo mal que va el dólar y la especulación globalizada por medio de oligarquías, el fracaso completo de las teorías neocon que argumentaban que la globalización ayudaría a la competencia mundial y al aumento del mercado, cuando lo que vemos es que la enormidad del mercado solo permite el manejo de unos pocos actores incluyendo las políticas de subvenciones europeas y norteamericanas.

Por otra parte, la creciente demanda de cereales y otros cultivos para biocombustibles puede generar una demanda sobre la producción de alimentos y un aumento en los precios. La propia política de los USA y de la UE buscando planes de futuro para etanol y biodiesel supone un aumento en la demanda pero si consideramos a países tan importantes en la generación de biocombustibles como Brasil y que el aumento de la inflación se está produciendo de forma muy rápida, este componente puede ser desencadenante de especulaciones pero no de demandas sostenidas.

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