jueves, 23 de abril de 2009

Incertidumbres y desafios en la economía global

La economía financiera basada en el dólar tiene su centro de poder y decisión en Wall Street y en la City. Esta economía del dólar, y de la construcción de inmensas nubes de humo con billetes verdes sacados de la nada, ha tenido hasta ahora varias ventajas para sus creadores. Sobretodo a la hora de poder pagar lo de fuera, o dominar de esta manera la forma de comercio internacional. Todo ello basado en la confianza en el billete verde y en la confianza también, de que dicho billete podría ser usado como tarjeta de compra para cualquier cosa en cualquier parte.

Esta crisis actual va de eso, del dólar, de la hegemonía de la economía anglosajona, en el agotamiento del modelo neoliberal que sirve de respaldo a la economía financiera... sencillamente el modelo se ha agotado por querer estirarlo mucho más de lo que era razonable. Aquí si se puede aplicar eso de que la avaricia rompe el saco.

Pero es que además, aparecen serias respuestas que tienen como efecto un cambio del sistema, un desafío al actual modelo ventajoso a la hegemonía de Wall Street y del dólar. Un inicio de este desafío ya se vio en la fase previa al G20 de Londres. La idea de una nueva moneda de cambio mundial sacada a relucir por China y por Rusia. Lejos de tener éxito, los ponentes de la idea supusieron acertadamente que no era el momento. Y por lo tanto la cumbre siguió sin cambios estructurales en el sistema. Es más, reforzando al FMI, uno de los pilares para seguir manteniendo el dólar como herramienta fundamental de cambio. Bien es cierto que los Derechos Especiales de Giro (SFRs), basan sus cesta de divisas en dólares, yenes, libras y euros. Pero también es cierto que prácticamente no se han utilizado. 250.000 se intentan emitir para quizás, acallar un poco las voces disonantes con respecto a la hegemonía del dólar.

Sin embargo, lo interesante de la cumbre del G20 no estuvo en lo que había dentro, como quizás la diplomacia zapateril intentaría explicarnos, sino precisamente en lo que hay fuera. En los juegos que se están efectuando casi de forma bilateral que pero que suponen un desafío al sistema actual de dominio. Vistos uno a uno, estos pequeños cambios son desafiantes pero no amenazantes. Vistos todos ellos, solo cabe pensar que el dólar tiene los días contados. Quizás algunos días más de los que algunos desearían pero hay demasiados desafíos. Sencillamente, los USA han abusado, y están abusando del dólar de manera tal, que entre los desagravios y el temor a un posible colapso, los cambios y las medidas se están tomando de forma bastante rápida.

Veamos a ver. Primero fue Irán. Ese país demoníaco al que se le ocurrió organizar su propio mercado de venta de petróleo en la zona franca de la isla de Kish. Quizás un desafío político pero que tiene su lógica y ha acabado demostrando que no es necesario el dólar. Hoy en día todas las transacciones comerciales, no solo de petróleo, de Irán, se realizan sin utilizar dólares. Hay que pensar si esa no es la causa de tantos deseos de bombardeos y demonización del régimen. Y es que cuando se habla de petróleo, ya sea de yacimientos, como de oleoductos, como de cualquier cosa que esté relacionada, se pueden ver cosas serias. Desde la desestabilización de Darfur, a las revoluciones de colorines en las repúblicas exsovieticas. Desde la intervención en Afganistán o Irák, hasta los golpes de estado en Santo Tomé.

La idea de que una forma de dominio es el control de la moneda en la cual se hace el comercio no es nueva. Lo hacía Atenas hace 2500 años o la Francia napoleónica. Salvo que con el concepto de divisas flotantes, no respaldadas por oro-plata, el concepto pasa a ser más parecido a latrocinio.
Lo que está sucediendo después del ejemplo iraní, tiene aspectos políticos y de defensa que tienen como protagonistas a actores claves del comercio mundial. Primero la idea de la creación de monedas regionales en bloques como el MERCOSUR y sobretodo los países de cooperación del Golfo, que crearán su propia moneda en el 2010. De hecho, las decisiones de adelanto de la moneda del CCG está relacionada precisamente con los problemas de inflación debidos a los altos precios del petróleo en dólares, que tuvieron hasta julio del 2008. Una prueba evidente de cómo la economía dólar, podía castigar incluso a los teóricamente beneficiados por precios altos para exportar.

La cuestión del MERCOSUR es algo parecido a querer emular a la UE, aunque sin olvidar las presiones norteamericanas fallidas, de querer exportar su Tratado de Libre Comercio (TLC), como una garantía de mantener el monopolio del dólar en la región junto con toda la parafernalia neocon que le acompaña. Hoy en día, y en espera de concretar más adelante la moneda común, nos encontramos con acuerdos bilaterales entre los propios países del MERCOSUR, empezando por Brasil y Argentina para utilizar sus propias monedas, y no el dólar, en sus relaciones comerciales mutuas. Algo parecido está sucediendo en los países del ALBA, encabezados por la Venezuela chavista y que se concretará tanto en las ayudas a través del Banco del Sur, como en el sistema del SUCRE. Y no hay que olvidar el cada vez mayor número de países caribeños y sudamericanos, que se apuntan a tal iniciativa.

Pero sin duda, las cuestiones básicas se deben definir en aquella parte del mundo que ha demostrado mayor peso y dinamismo (aparte de USA y la UE), es decir, en Asia. La crisis interna USA ha producido una caída de las exportaciones por ejemplo coreanas. El won se las ha tenido que ver con problemas importantes. Así que a pesar de todo, no es extraño el acuerdo al que han llegado tres extraños compañeros de viaje como son Corea del Sur, Japón y China, de colaborar más en los cambios mutuos en monedas regionales. Pero a China esto no le viene de nuevo. China ha firmado tratados bilaterales de intercambio en monedas mutuas propias, con países como Corea, Indonesia, Malasia... o recientemente y saliendo de la órbita asiática con Brasil.

Ahora se va más lejos. Y quien lo hace es uno de los pocos que pueden hacerlo, es decir, Rusia. Esta vez a tocar el corazón del sistema. No es ningún secreto que tanto Putin como Mevdeviev quieren el desarrollo de un centro financiero internacional en Moscú. Es decir convertir al rublo en otra de las monedas importantes. La idea es introducir el yuan (o renminbi), y el rublo por ejemplo, dentro de la cesta de los Derechos Especiales de Giro. Naturalmente algo que es contrario a los intereses de las elites financieras anglosajonas de Wall Street y la City.

El problema, es que el peso de la realidad da la razón en los intercambios.

No es ningún secreto, que Rusia desea de alguna manera, también entrar dentro de los minoristas de distribución energéticos de la UE. ¿Sí BP o TotalfinaElf explotan yacimientos en Rusia o Kazagistán, porque no puede Gazprom vender directamente gasolina o distribuir gas en Dusseldorf o Milán?. La UE lo ve como una amenaza para los grandes consorcios de distribución como EOn, que sería un bocado de lo más apetitoso para Gazprom o Rosneft. Pero para evitarlo se despliegan leyes en contra para evitar la entrada de tales colosos en los mercados minoristas.

Sin embargo, Moscú desea por ejemplo, diversificar sus clientes. El ESPO está casi acabado, lo que permitirá no solo explotar las gigantescas reservas de la Siberia Oriental sino garantizar no quedar encerrados por una demanda única. Solo faltará enlazar el ESPO con los grandes pipelines centroasiáticos para liberalizarse de unos únicos compradores. Por lo tanto, Europa juega bastante mal su juego. O mejor dicho, juega con el deseo de seguir manteniendo el control de las reglas del juego sin darse cuenta que no tiene casi ningún peso para mantenerlas.

Y ahora, la gran puntilla puede venir de la apertura final del mercado de commodities de San Petersburg. Y no sólo eso, sino de los acuerdos con Irán para unificar sus mercados petroleros. Si Rusia, como parece que pueda ser fácil de conseguir, puede formar un gran eje financiero de productos energéticos que pueda poner en jaque al NYSE y a la City, no solo con su producción, sino junto con países como Kazastán, Turkmenistán quizás Azerbaiyán e Irán, es muy posible que a medio plazo consiga romper el monopolio de mercados energéticos globales dominados por la dupleta WallStreet-City.

Todo ello hace pensar, que quizás no de inmediato, quizás sea necesario años, pero los indicios de un fuertes posiciones en contra del sistema dólar, no sólo están produciéndose, sino que la velocidad de las mismas y su tamaño aumentan, quizás de cara a una caída del dólar sin precedentes, provocada por la completa falta de confianza en el billete verde junto con el desafío geopolítico y geo económico de las realidades actuales a nivel mundial. Esto no se produciría en un cambio, quizás radical, rápido, sino por medio de una sucesión de crisis lo que hace suponer que el modelo económico que se nos viene encima, será de crisis seguidas de cortas e insuficientes recuperaciones e inestabilidad, durante un periodo de quizás décadas.

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