domingo, 18 de noviembre de 2012

El sionismo de La Vanguardia y su censura.

A raíz de los últimos acontecimientos en Israel y Gaza, podemos optar por seguirlos según que medios. Existe una escala por supuesto donde la prensa debería ser un vehículo más adecuado que la tele, más preocupada por ofrecer imágenes espectaculares y con mayor profusión por mentir.

En otras ocasiones nos hemos encontrado con auténticas campañas de indignación hacia Israel, por ejemplo en la acción criminal Plomo Fundido que acabó con 1400 palestinos o con el ataque indiscriminado contra el sur del Líbano donde Hetzbollah acabó midiendo la auténtica fuerza del Tashal.

Esta vez se trata de más de los mismo. Podemos optar por seguir La Vanguardia con información sesgada y siempre proisraelí o bien medios como RT o Almanar. Russia Today nos cuenta versiones completamente diferentes. Por ejemplo que el personaje de Hamás asesinado por un ataque 'de precisión' de Israel un tal Jarami, había estado trabajando para el acercamiento Hamas-Israel y se encontraba cerca de un inicio de acuerdo para una paz duradera. No sé si la información es suficientemente confiable o se queda en más deseos y esperanzas que realidades pero es evidente que Israel nunca ha querido ninguna paz. Al menos no los gobiernos como los sacados del Likud.

A partir de ahí la espiral y el ascenso de la beligerancia. Algo que siendo importante no es el principal objeto de este artículo.

El príncipal objeto es denunciar la falta de ética, falta de objetividad, la propaganda y censura de La Vanguardia en todo este asunto. Ya era conocida la protección hacia una sionista como Pilar Rahola por parte del medio. También se puede intuir la relación rusófoba y su alianza con rusófobos conocidos como Soros a partir del grupo de prensa que Soros domina entre otros think tanks y grupos de opinión como Project Syndicate. No es nuevo. Podemos considerar dentro de las líneas editoriales cierta tendencia a inclinarse hacia un lado.

El problema es que cuando han ocurrido otros asuntos que tienen que ver con el terrorismo de estado ejercido por Israel, La Vanguardia al menos ha permitido cierta capacidad de crítica a través de los foros. En este caso se trata de algo totalmente diferente. Cualquier crítica está acallada, los comentarios proisraelies no reflejan los porcentajes de población antisionista de Catalunya ni mucho menos del lector hispano. ¿Quien controla esa censura? Es evidente que La Vanguardia, que ya era un panfleto de propaganda según los intereses de quien interese al dueño de la imprenta, como diría Correa, es cada vez más panfleto. Pero hay que reconocer que esta campaña de control de la opinión pública por parte de los agentes sionistas está dando resultado. Al menos no me parece que haya un ambiete tan antisionista como en otras ocasiones y eso puede ser debido precisamente al mayor control sobre los medios. Aunque también es cierto que la sociedad española, volcada sobre un precipicio económico, está en estos momentos más preocupada por su supervivencia que por los crímenes de los demás.

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