miércoles, 14 de noviembre de 2007

Sobre analisis y analistas de eso de la bolsa

Con el lateralismo con el que estamos funcionando en los mercados bursátiles desde hace más de seis meses, muchas cosas pasan entre los foros y las páginas de recomendaciones de bolsa.

La idea básica, como ya he comentado en alguna otra entrada, es que el mercado no es igual al mercado alcista. En el mercado alcista lo que importa es la elección de determinadas empresas que se suponen que lo harán mejor que las demás. No importa mucho equivocarse porque en mercado alcista, a no ser una empresa que tenga realmente problemas, todo termina subiendo.

En el mercado actual, lo que debería primar es la reducción del riesgo, es decir, evitar perder patrimonio o hacerlo dentro de unos límites aceptables. Por ello mismo, para un trader que se dedica a comprar y vender, en principio cada día pero también con la posibilidad de esperar un poco de tiempo más en el caso que la jugada no salga bien, los problemas se multiplican.
Un trader por definición, en mercado alcista, no espera a ver unos días a correguir su posición, sino que aplica la disciplina del stop. Ello supone una pérdida, pero una pérdida que se puede considerar mínima si consideramos que se pierde otra oportunidad mucho más interesante de subida. Naturalmente eso sucede en el mercado alcista.
Pero en el mercado lateral, con múltiples montañas rusas, al riesgo de no acertar en la inversión, se suma el de no acertar en la tendencia. Con lo cual las posibilidades de pérdidas se pueden multiplicar, al menos por el doble, y por lo tanto, para muchos traders, la acumulación de ejecuciones de stops supone una sangría no compensable.

Después de seis meses de lateral, más en el caso español debido a la corrección de abril por Astroc, enlazando a nueve meses desde febrero, ha habido tiempo más que suficiente para que los traders recogan velas. Eso es así debido no sólo a las pérdidas sino quizás, en algunos casos, a la necesidad de generar el dinero suficiente para mantenerse. Si en tendencia alcista podían hacerlo de una manera más o menos calculable, por el mantenimiento de tendencia primaria de largo plazo, en este caso, la incertidumbre y el riesgo, así como una mala planificación del modelo de inversión, pueden haber echado a muchos de ellos del mercado.

Eso se puede observar en cualquier foro de bolsa por la desaparición de determinado tipo de forero que se dedicaba a calentar valores, quizás creyendo que la bolsa la componen muchos pequeños inversores y que el mercado es perfecto y una manipulación de información puede incidir en ese mercado. Lamentablemente, los pequeños inversores sólo movemos un 20% del mercado de forma directa, y dentro de esos pequeños inversores entran todos los particulares, desde los que tienen unos miles de euros a unos cuantos millones.

Desde luego las páginas web, los foros y todo eso, se han vaciado. Cuando la bolsa este de nuevo en auge volverán y volverán los mismos tipos de personas, aquellas que quieren imponer sus criterios a los demás con la esperanza de que así, sus valores sean los que suban dentro del abanico del mercado alcista.

Existe sin embargo muchas otras variables a la hora de inversión que no tienen porqué considerar las acciones. Desde luego jugar con acciones prestadas a la contra, es decir, ganar cuando la acción baja y perder cuando sube, está al alcance de pocos. Así que exiten algunos otros productos, aunque casi todos apalancados. Es una lástima que las entidades financieras sólo apuesten por productos altamente apalancados, ya que los apalancamientos pueden ser menores, pero así terminan por ganar más dinero. Warrants, CFDs, ETFs (estos no son apalancados) y por supuesto los futuros y las opciones que a pesar de su alto apalancamiento son las que ofrecen mejores condiciones de imparcialidad de mercado. Es decir, al menos en futuros y opciones las cosas están claras y no hay las manipulaciones de emisores nada claras que existen en otros productos.

Pero aún hay más. Por supuesto si el mercado está a la contra, el inversor se da cuenta de la necesidad de contar con activos y valores con los que colocarse a la contra, es decir en posiciones cortas o puts. Naturalmente las entidades se dan cuenta de esto pero también muchos analistas. Así que se ponen todos a dar cursos. Cursos de CFDs, cursos de ETFs, de warrants y de todo.
Ahora bien, la trampa de todo esto no es no saber como utilizar un warrant o un CFDs, la trampa de todo consiste en saber cuando colocarse en posiciones cortas (puts o posiciones vendidas) y cuando no. Es decir, que por muchos cursos que se vaya a aprender esas cosas, es diferente la utilización de estos productos que el aprender a analizar el comportamiento del mercado. Y siendo productos apalancados es fácil perder dinero, además del componente psicológico, precisamente por ser apalancados, que es necesario considerar.

Por lo tanto yo distinguiría cuatro tipos de análisis:
- El análisis mecánico de como son estos productos, que es un put, que es un strike, que es una posicion dentro o fuera de dinero, que comisiones tienen los CFDs, que tipo de interés se aplica en el CFDs, que cesta recoge el ETF....
- El análisis de mercado, cuando hay que ponerse bajistas y cuando alcista, como leer el mercado
- El análisis de los tipos de estrategia que se pueden utilizar, por ejemplo no es lo mismo jugar con acciones que con futuros aunque en ambos casos se vaya al alza o posiciones largas
- El análisis del componente psicológico, de la disciplina, aguantar la presión...

De todos ellos, sin duda, el más importante es el de saber leer el mercado, el saber realizar un análisis adecuado del mercado. Y es el más complicado de que se enseñe sencillamente porque quien sabe no se dedica a enseñar, ya que gana lo suyo aplicándolo.
De todos ellos, el menos importante aunque sea necesario, es el de conocer que es cada una de esas opciones de inversión que nos ofrece el mercado, que es y cuales son las limitaciones de un warrant por ejemplo...

Por lo tanto, mucho cuidado con tanto analisto, que ofrece tantas cosas, que ya se sabe que el que sabe sabe y el que no enseña.

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