sábado, 11 de abril de 2009

Capitalismo y supracapitalismo II.

El circuito financiero de capitales, tiene varias características propias de especial interés. En primer lugar se trata de un circuito donde 2+2 son 5. Es decir, no se cumplen las leyes físicas iguales entradas son iguales salidas. Más bien, entre medio, diversos agentes se dedican a aumentar las masas monetarias.

Es cierto que se puede empezar el circuito por medio de el porcentaje de rentas sobrantes del consumo. Es decir, lo que se ahorra en general por el circuito capitalista básico. Pero a partir del ahorro la técnica más antigua de multiplicación del capital consiste en el aumento de la deuda. Es decir, dejar buena parte del ahorro a los prestatarios, mientras se mantiene solo una parte para hacer frente a los reingresos que requieren los ahorradores. De este modo, por ejemplo, se puede tener en depósitos 100, prestar 90 y mantener en caja 10 por si algún ahorrador viene a recuperar parte de sus depósitos. De este modo, 90 vuelven al circuito pero se encuentra que el propio circuito de consumo está saturado (sino no hubiera habido exceso de ahorro), por lo que se puede considerar mejorar el capital, es decir, comprar bienes de inversión, (maquinaria, empresas...) o tierras, o especular o bien retornar parte de este dinero al banco. De hecho, si nosotros compramos 90 en bienes de equipo, por ejemplo, el vendedor también puede decidir que parte de ese dinero vaya a depósito de ahorro. Con lo que al final tendremos 190 en depósitos, 10+90 en caja y 100 prestado. Como al banco le interesa volver a prestar, lo que tiene en caja, se quedará con 20 y prestará 80 para mantener la misma tasa de dinero de seguridad de un 10%, y pasará a tener 180 en préstamos. Así sucesivamente nos encontramos que el dinero se ha multiplicado por prácticamente 10, teniendo al final 900 en préstamos y 100 en caja. Curiosamente el dinero inicial.

Este tipo de capacidad de multiplicación está mejor explicado en algunos documentales de internet donde se considera que el dinero es deuda. Nótese varios aspectos y es que en primer lugar todo depende de la tasa de ahorro inicial. Si la tasa de ahorro sube, se puede aumentar el dinero en circulación, si baja, es necesario desapalancar la deuda. Pero además se debe considerar que si la capacidad de inversión no es adecuada la deuda tampoco tiene donde colocarse y se para el nivel de capacidad de multiplicación. En el primer caso depende de la estructura económica socioeconómica del ciclo económico. Si la economía se recalienta por medio de un exceso de consumo, si existe la sensación de querer consumir más de lo que se puede, la tasa de ahorro disminuye y por lo tanto el dinero se hace caro pero a la vez, toda la deuda puede ser colocada. Por el contrario, si la economía se enfría y no hay gran demanda de consumo, la tasa de ahorro aumentará con lo que la capacidad para multiplicar la deuda aumenta, pero a la vez, los inversores deben responder con la necesidad de querer aumentar la inversión en capitales. Nótese que hay una tercera variable y es que la tasa de ahorro depende de la economía en general total. Es decir, si la economía crece y decrece el porcentaje de la tasa de ahorro, es posible que el ahorro total siga aumentando (es decir, si el ahorro pasa de un 5% a un 4% pero la renta pasa de 100 a 130, el ahorro pasa de 5 a 5,2). Aunque por lo general los PIBs no crecen tanto y por lo general se puede pensar que si en crecimiento la tasa de ahorro disminuye, el ahorro en general (el ahorro base) también lo hace. En el caso contrario, si pasamos de ahorro de 4% a 5% pero la renta disminuye de 100 a 90, tenemos ahorro total de 4 a 4,5. Con lo cual se puede considerar que el ahorro en tiempos de reducción de crisis, si aumenta, también aumenta en datos reales y debería ser una disminución de renta muy elevada frente a unas tasas de ahorro crecientes moderadamente lo que llevaría a una reducción del ahorro global.

Para que la capacidad de deuda pueda ser colocada, es necesario que las tasas de productividad de los préstamos sean mayores que los tipos de interés. Aquí es donde entra el tipo de interés como otro factor a considerar en la ingeniera de la economía financiera. Si conseguimos reducir los tipos de interés al máximo, la capacidad para colocar la deuda será mayor. Pero además hay que considerar otra variable que no se tiene en cuanta y es la relación entre aumentos de productividad o inversión con respecto a la renta global. En un entorno de caída de la renta global, la inversión no tendrá capacidad para colocarse, o al menos las expectativas serán bajas, puesto que con el resultado de la inversión será complicado colocar en el mercado la producción para el consumo. En esta apreciación también entra el tiempo necesario para desplegar la inversión ya que pueden pasar varios años entre la inversión y que se tenga su resultado por ejemplo en la forma de nuevas carreteras, nuevos edificios o nuevas factorías. Aunque con la terciarización de la economía esta tasa de tiempo para desarrollo de la inversión disminuye. Si la economía se enfría y las tasas de ahorro aumentan, los tipos de interés pueden reducirse a fin de poder colocar el máximo de ese ahorro, o mejor dicho, de la multiplicación del ahorro por el sistema bancario. Al revés ocurre si el ahorro disminuye por calentamiento de la economía (mayor parte de la renta a consumo) y por lo tanto se pueden subir los tipos de interés, para que la reducción de dinero pueda adecuarse a quien más estés dispuesto a pagar por el mismo.

En ambos, se trata de adecuar las necesidades de colocación de dinero para la inversión en función de las necesidades del sistema financiero. Aunque se supone que una disminución de tipos, por ejemplo, permitirá que se pueda invertir en negocios con menos esperanza de retornos y por lo tanto serán más los negocios que se podrán poner en marcha, aunque de menor productividad. Sin embargo, esto no tiene en cuenta que a pesar de que sea más barato un nuevo negocio, el ambiente general económico de caída de rentas puede suponer una evolución en las propias expectativas del negocio. Es decir, que aunque las necesidades de retorno sean menores para colocar un negocio, por otra parte, el pastel general ha decrecido. Por lo tanto, la ventaja obvia de tocar tipos no está en la economía real del circuito capitalista de oferta-demanda, inversión-consumo sino en las necesidades financieras y monetarias.

Esta sería nuestra primera conclusión de la economía supracapitalista en la cual las políticas de tipos de interés están más influenciadas por el circuito financiero que con el circuito de mercado de oferta-demanda.

En estos casos, es la oferta y demanda monetaria, es decir, la capacidad para inflar o desinflar las masas monetarias en épocas de variaciones importantes, lo que lleva a inflaciones, deflaciones, estagflaciones, depresiones... Eso, el siguiente capítulo.

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