El factor Sukhoi en la crisis Libia, Brasil y los franceses.

Vamos de política ficción. O quizás no.

A finales del 2010, Libia decide finalmente renovar parte de su flota militar aérea. Los elegidos son el novísimo Sukhoi 35. Un caza muy avanzado ruso. Por lo tanto se firman los contratos a finales de año. Es el primer intento de renovación de material militar desde los tiempos de la URSS. Por lo tanto, disponer de dichos aviones en el Mediterráneo puede suponer una amenaza para la VI Flota y a la vez para la estabilidad en el amplio espectro de influencia libia en el sahel.

Ria Novosti nos indicaba que las pérdidas en pérdida de contratos por el embargo de armas a Libia podría suponer 4.000 millones de dólares. Donde básicamente la cuestión es que se hace con la veintena o poco menos, de aviones de última generación recién comprados pero por supuesto, todavía no entregados.

¿Ha sido la compra de dichos aviones una señal de salida para desestabilizar el gobierno gadafista? En todo caso ha sido en un tiempo oportuno.

Bien, pero Rusia votó a favor del embargo de armas y de otras cuestiones, en el COnsejo de Seguridad de la ONU. Cierto que la resolución fue más light de los que los norteamericanos esperaban pero fue una concesión rusa y también china.

Ahora bien, ¿Por qué cedieron los rusos y los chinos? Rusia podría haber obtenido otra concesión, esta vez previa. La revisión del concurso de adquisición en Brasil.

Brasil también se haya en mitad de un proceso de concurso para la compra de aviones. En este caso de bastantes más aviones que los libios. En el concurso donde participan aviones norteamericanos, el ruso Su35, el Rafale francés y el europeo Eurofighter, estaba en una fase muy avanzada cuando se produjo el cambio de gobierno presidencial de Lula a Dilma.

Según todos los rumores, el modelo francés estaría a un paso de conseguir el concurso. Sarkozy se está moviendo por medio mundo intentando vender su avión ante la falta de ventas fuera de Francia. Está en juego nada más y nada menos que la independencia de la capacidad francesa de construir aviones militares, los famosos mirages. Si no hay pedidos es muy complicado a largo plazo mantener la industria aeronáutica independiente. De ahí la búsqueda de mercados casi de forma arrastrada por parte de Sarkozy por medio mundo.

Pues bien, uno de los pasos iniciales de la nueva presidenta Dilma Rouseff consistió en revisar el concurso de adquisición militar de aviones. Es decir, se inicia desde cero todo el proceso.
El avión ruso Su35 había sido rechazado, no de forma oficial pero si oficiosa, supuestamente porque el nuevo avión civil de sukhoi, el superjet, era una competencia para los Embraer brasileños y por lo tanto se pedían una serie de concesiones contrarias a los intereses de Sukhoi en el campo de las ventas de aviación civil. Eran otros tiempos y ahora el Superjet no solo vuela sino tiene una importante cartera de pedidos.

Ahora bien, por precio y prestaciones posíblemente el Su35 era el preferido para adaptar a la aviación militar brasileña. Mucho más barato que los otros y teóricamente igual o mejor. (eso se lo dejaremos a los forofos de los aviones militares).

¿Podía tener que ver la cesión rusa a las iniciativas occidentales ante la ONU respecto a Libia con la concesión o al menos la no interferencia de las decisión en el concurso brasileño? Si es así tenemos un perdedor de la crisis libia, Francia. Una Francia que con Sarkozy se ha vendido a los anglonorteamericanos pero que además parece como si no se quisiera enterar de que todo va en contra de sus intereses.

La política francesa en el sahel, antiguas colonias francesas, sigue manteniendo una buena posición política, militar y económica, pero en muchos casos con la colaboración del régimen libio. Atrás quedan las guerras por las franjas del Chad por los recursos de uranio. Acuerdos de colaboración que permiten mantener cierto status quo en la zona. La caída de Gadafi no significaría un avance de las posiciones francesas, sino todo lo contrario, la vía libre para que el Africom anglosajón pueda actuar con libertad total.

Por lo tanto parece que Francia pierde más que gana, pero lo hace de forma alegre y 'generosa' incluso participatiba, gracias a un agente de la CIA llamado Sarkozy.