jueves, 28 de agosto de 2008

Riesgos del modelo económico español. 4 Parte. La caída de actividad global.

La tercera parte de la crisis es la que más incumbe a la economía real (salvo en la vertiente directa del ladrillo). Es decir, como la demanda global, en un escenario de relentización global hace disminuir la demanda externa. En sus partidas de exportaciones y de turismo con tres puntales de la economía española en entredicho: el propio turismo, el sector automovilístico y el agropecuario.
Existen otras muchas empresas de servicios o manufactureras con capacidad exportadora. En algunos casos como las industrias de bienes de equipo de importancia en el País Vasco o equipamientos. En principio se supone que la mayor parte de nuestro esfuerzo exportador se dirige a la economía del Norte de Europa, y las incertidumbres europeas pueden pesar gravemente en las tasas de consumo e inversión.
Lejos de parecer que el área de ventas esté en euros y que la revalorización del euro no afecte, las alternativas competitivas sobre el mercado centroeuropeo imponen a la competencia productos más baratos, sobretodo en el manufacturero.
El turismo de sol y playa podría cinsiderarse como alternativa más barata que otros turismos pero eso no es cierto en destinos europeos, ya sea en euros, como Portugal o Grecia, o ya sea cercanos al euro como Croacia, Bulgaria... Por la calidad del turismo español, los estándares no pueden ofrecer alternativas válidas a turismo de calidad y precios caros con lo que depende en gran parte del esquema de funcionamiento del ciclo económico en las clases trabajadoras centroeuropeas.

Quizás sea en los productos agropecuarios donde puede existir mayor capacidad de exportación junto con las políticas que puedan seguir las empresas matrices automovilísticas de sus flujos de venta para la exportación una vez definido el hundimiento del mercado nacional. En este aspecto las alternativas de corto plazo, pensando en pasar una crisis de colocación de productos junto con las estrategias a largo plazo con el aumento significativo de posiciones manufactureras en Rusia por parte de empresas japonesas, o asiáticas. Si bien es cierto que los mercados del automóvil pueden crecer por el aumento de la renta per capita de los países emergentes, también es cierto que la competencia en este sentido es importante, tanto en las marcas, su posicionamiento en los mercados y sus precios (el Tata Neo por ejemplo es todo un desafío), como en el posicionamiento de las factorías de las marcas con respecto a los nuevos mercados emergentes. Mercados como el brasileño o el ruso, con grandes perspectivas de crecimiento, quedan mal posicionados para las factorías españolas. En este aspecto la decisión inicial sería el de optar por reducir o no turnos (pasar de tres a dos o de dos a uno) y a la vez cerrar algunas líneas, junto con la capacidad para atraer el montaje de nuevos diseños. Todo ello queda lejos de la estructura de planificación industrial española en el sector del automóvil, dependiente de las decisiones estratégicas de las sedes de las empresas.

En todo caso las cuestiones relacionadas con las empresas exportadoras y más considerando el problema del euro como moneda fuerte, supone un problema para áreas notables de la economía española, sobretodo la más productiva y valiosa.
La mejora posible en el déficit por cuenta corriente por la caída de importaciones por la caída del consumo interno no supone en este caso una evidente mejora que pueda servir de motor de recuperación por parte de las exportaciones sin considerar la propia caída de las mismas por relentización de los mercados globales y sobretodo europeos. En este caso la falta de alternativas al mercado europeo sin una adecuada labor de fomento de apertura en mercados extraños y emergentes. La dependencia de los mercados europeos no concuerda con la dependencia de las importaciones de materias primas provenientes de países terceros.
En todo caso, esta fase de desaceleración global es la última y la más tardía en ser notada pero sus efectos son los más importantes a pesar que gran parte del trabajo de crisis ya lo ha producido el ladrillo con la caída del consumo interno que normalmente, en otras crisis, se produce precisamente en esta fase de caída de la actividad global

No hay comentarios: