viernes, 26 de septiembre de 2008

Tenemos un plan.

Bueno, podría ser ir al cine. Aunque claro, con la crisis y pudiendo ver cualquier película antes del estreno por internet pues no se. (Por cierto, Extraños es muy mala, Babilón no está mal y recomiendo Smart People aunque ésta creo que aún no se ha estrenado en España).

Pero no. Se trata de la cita con hacienda. Los norteamericanos siempre tan innovadores ellos van en eso de que Hacienda no solo te devuelve el dinero sino que también te lo regala. Es lo que tiene tener la imprenta de dinero. Aunque claro, la imprenta ni siquiera es pública sino privada y por cada emisión de dólares recibe las correspondientes notas o bonos del gobierno. Pero eso sí, para que te lo regalen se necesita tener unos requisitos especiales como tener un banco.

Y los empresarios en USA han descubierto el fascinante mundo de Estado. Eso sí, para poder sacarle tajada, como en casi cualquier otra parte. En España, en el puesto 28 del ranking de corrupción, yo creo que les podríamos hacer algún cursillo avanzado. Eso de querer sacar tajada de 700.000.000.000 dólares (y eso sólo como mínimo), requiere currárselo más que lo que han hecho los pobres. Y eso que no es que están desacostumbrados. Pero una cosa es jugar con la legislación robando al prójimo y otra es robar directamente de la caja del contribuyente que hasta el momento se había mantenido bastante vacía.

Pero no hay miedo. Un plan se aprobará. Aunque no sea el plan que ellos quieren. O no del todo. Algo si que sacarán. Y la prensa lo venderá como un gran éxito. La verdad es que eso de tener las elecciones a la vuelta de la esquina no gusta a los candidatos. Eso de dejar que les dejen un déficit del 8-10% del PIB y sin medidas populistas o sencillamente medidas para la gente en plena crisis, pues no puede gustar a quien tendrá que gestionar el año que viene partiendo de semejante carga inicial.

En los tiempos de los Graco, también existían estos problemas. Y continuaron por mucho tiempo. Casi todo el siglo II y I antes de cristo (prácticamente el siglo VI de la datación romana, ¿por qué narices no volvemos a la datación romana?), fue un continuo de problemas entre clases humildes endeudadas y deudores, y eso que allí había esclavos y otras clases sociales que apenas importaban. Para compensar a estos pobres el estado realizó dos soluciones: el intento de reparto del suelo público, lo cual siempre suponía problemas con las clases aristocráticas, y por fin, la solución final que consistía en los repartos subvencionados y luego gratuitos de trigo, la annona.

Claro que en Roma se protestaba y en un plis te montaban una revuelta buena los ciudadanos acosados por las deudas en las callejuelas del Subura. En USA no se tienen esas costumbres, pero quizás están en ello. Para eso la Patriot Act quizás, o incluso las últimas actas que copian la Insurration Act de 1812 y que son inconstitucionales pero permiten al ejército patrullar por las calles entre salida y salida a Irak.

¿Qué hubiera pasado en Roma si en lugar de intentar ayudar a los pobres les hubieran dado más tierra a los aristócratas del Senado bajo la excusa de compensar las pérdidas por esos pobres que no pagan? La verdad es que el partido noble siempre mantuvo el férreo control en Roma aunque claro, a pesar de la decadencia de grandes familias patricias y de la nobleza plebeya, el Senado siempre se caracterizó por una cierta continuidad en los razonamientos políticos capaces. Cuando no fue así y el Senado no pudo articular respuestas adecuadas y políticamente inteligentes, ya sea por la inutilidad de sus miembros en decadencia o por la falta de líderes inteligentes y políticamente sagaces, acabó tragado por el primer triunvirato y por la guerra civil en los tiempos de César. Y entonces, por fin, el pueblo tuvo pan y circo.

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