Évole ha puesto al país en solfa con su teatrillo. Un teatrillo que según él está destinado como una queja ante una censura y falta de posibilidad de por ejemplo obtener las actas judiciales, y el hecho de que por la tele todo es tragable.
Podrían parecer motivos justificados. El problema es que cuando nos dice que todo es falso, nos lanza por los aires muchas de las informaciones conocidas que no entran dentro de lo oficial desde la reunión de lleida entre Armada y los socialistas, al golpe de estado duro que se preparaba para Mayo. No voy a entrar en muchos detalles porque no he visto el documental ni tengo intención de verlo más allá de los primeros minutos.
Podríamos incluso perdonarle por ello si no fuera que trabaja para la sexta. La sexta es la cadena televisiva que va de izquierdas y realiza la misma labor de manipulación mediática que el resto o aún peor. Por ejemplo en el tratamiento internacional es de verguenza el papel que interpreta entre otras Helena Resano, una sinverguenza sin rubor. ¿Qué se puede esperar si la cadena pertenece a los Lara? Se trata del mismo papel que ya tenía en su día EL PAÍS, el de acotar la información por la izquierda y llevarnos al mismo revestimiento de mentiras. Y Évole está en el ajo.
No Évole, no me lo trago, se ha hecho esto para tirar por la borda la labor de mucha gente que sí queremos información de verdad y no la de un graciosillo que mina todo lo que hay. Al menos mucha gente ni siquiera te tomamos en serio, ni a ti y a tu cadena televisiva de mentiras donde trabajas.
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