martes, 16 de octubre de 2007

Medios de comunicación, La Vanguardia y la revolución naranja

He ido siguiendo la cuestión de las elecciones ucranianas, sobretodo todo lo relacionado con la información que de ella ha ido saliendo en nuestros inmerecidos períodicos.
La verdad es que es un tema escoguido precisamente por los intereses acumulados por parte de USA y los intentos de expansión continuo de la OTAN hacia la Europa del Este. Por lo tanto, un buen tema para observar el nivel de información, contrainformación, manipulación y todo lo demás, inducido o no desde agencias próximas a la visión del gobierno USA como Reuters o desde el propio tratamiento de la infomarción, fuentes propias o todo lo que se quiera.

La verdad es que eligo La Vanguardia por decepción. Por pensar anteriormente que su información internacional era buena y por concluir no hace tanto que como mínimo no me gusta el 'enfoque' que dan a determinadas noticias, que es de todo menos aseptico. Entiendo que un periódico debe primero informar, después realizar análisis objetivos de la información, y por último opinar si viene al caso. Pero considerando que no se pueden mezclar unas cosas con otras.

Precisamente los medios de comunicación, deberían ser más conscientes que nadie del tipo de lenguaje utilizado, del uso de palabras o palabrejas, importadas desde los thing tanks o desde cualquier otro reducto ideológico. Quizás sea eso lo que marca la ideología de un medio, que quizás no sea malo, salvo cuando dicho lenguaje ataca directamente la información.

La misión del lenguaje tiende a alisar aristas en los frentes a defender y agrandar los defectos en el frente ideológico contrario. Tanto el lenguaje del neoliberalismo como de lo que se puede llamar antisistema, (que ya no socialismo ni simplemente izquierda ni melones rojos por dentro y verdes por fuera). En el entendimiento de que existen o se crean muchas palabras con muy insanas intenciones y lo peor es que se usen para otras más insanas. Así que aunque un periódico se quiera revertir con el manto de colorines del neoliberalismo, o del ecologismo o del sindicalismo o de cualquier ismo, en la era de la información el fallo consiste en saltarse a la torera precisamente la información en si mismo.

Ya sea por una cosa o por otra, mi impresión acerca del tratamiento sobre las elecciones ucranianas de hace poco, por parte de La Vanguardia y en general por todos lo medios, fue claramente tendenciosa, o al menos impregnada de un análisis parcial por encima de los datos. Para empezar el tema de la defensa a ultranza de los partidos 'naranja'. Algo así como los buenos. Frente a esos corruptos manipuladores que incluso tenían cosas poco claras en sus feudos. Por ejemplo se aireo los problemas en mesas electorales en el Este del país, denunciadas por los observadores georgianos. La verdad es que se trató de una sola mesa donde las actas de un partido no contemplaban, quizás por error, la suma de todos los votos. Digamos que se dejo de contar una pila de votos o se sumó mal. Y lo curioso es que dicho partido donde no se sumó los votos o no se contemplaron los votos que faltaban en las actas, era precisamente el Partido de las Regiones, el de los 'malos'. Que unos observadores georgianos, como si en Georgia no hubiera habido cosas muy poco democráticas, hicieran mucho follón sobre una nimiedad para después ser aireada por todas las agencias occidentales y quedar como algo así como sospechoso.
Desde luego que ha habido juego sucio, sobretodo de los naranjas, en la campaña electoral pero no parece que hubieran cosas realmente importantes en los recuentos. Aunque claro, así siempre queda el poso de la duda.

El problema principal ha sido si entraba el Partido Social, antiguo miembro de la Rada, o no. Con un 2,86 se ha quedado en un no. Sólo entran los que tengan más de un 3%. Si hubiera tenido un 3%, el reparto de escaños hubiera permitido que los 'naranjas' no hubieran tenido la mayoría absoluta. Claro que una mayoría absoluta entre un partido, el de Yulia Timoshenko y una coalición de otros dos como UN-AP, y más cuando ya se habián peleado anteriormente y se habian dicho de todo menos bonitos, pues no se. Pero claro, siempre es mejor decir que han ganado los 'buenos'. Que si luego entre estos se pelean y acaba de primer ministro el 'malo', ya podemos desligitizarlo, al menos ante la opinión pública internacional. Y es ahí donde los medios se juegan su propia ética pero sobretodo su propio prestigio. No es lo mismo comprar un periódico para estar informado que un panfleto para subir la moral de la ideología integrista personal.

Pero lo que me llama la atención es el tratamiento final de hoy de la noticia.

www.lavanguardia.es/lv24h/20071015/53402249397.html


Primero por el título: 'Las fuerzas prooccidentales rubrican el acuerdo...'. Es decir, han ganado 'nuestros amigos'. Y luego, aunque el tratamiento interior de la información es bastante objetivo, aseptico, explicativo, por supuesto en el último párrafo se pone la rúbrica:

"Ucrania, uno de los países más grandes surgidos de la antigua URSS, tiene unos 47 millones de habitantes; el censo fue de 37.988.040, y en los comicios participaron 23.315.257 ciudadanos. Iván Dombrovski, juez del Tribunal Constitucional, declaró que estos resultados son "inapelables", incluso en caso de que la máxima instancia judicial reconozca ilegal el decreto por el que Yúschenko disolvió la anterior Rada el 2 de abril pasado por el transfuguismo de varios diputados de la oposición al bando oficialista."

Lo que empieza siendo un párrafo explicativo del país acaba con una frase que no tiene explicación si no se explican otras cosas. Según este párrafo el TC de Ucrania da por inapelables los resultados, es decir, han ganado los buenos y ya está. Pero en ningún caso el tratamiento de la información en La Vanguardia hace mención a la enigmática posibilidad de que todo el proceso sea ilegal.

Y es que tanto en el tratamiento de este artículo como en el seguimiento de la campaña y de los resultados, no se comentó que las anteriores elecciones se habían producido en Marzo del 2006. Es decir, se convocan elecciones con un año y medio. Eso ya de por sí es sorprendente. Pero como los resultados de las anteriores elecciones no gustaban pues eso. Los 'malos' gobernaban la Rada con el apoyo del partido comunista y del partido social o socialista pero una serie de compras de votos de la coalición de gobierno a los 'naranjitos', propiciaron que los 'malos' tuvieran que pactar nuevas elecciones.
Es decir, La Vanguardia lo cuenta al revés. ¿Transfugismo de miembros de la oposición a oficialistas? ¿Qué oposición? Fue al revés. Del bando de apoyo al gobierno a la oposición 'naranjita', como en todas partes, sino los gobierno no se desestabilizan.
¿Y quienes son los oficilistas? ¿Serán los 'naranjitas'? Y ¿qué es un oficialista?.

En todo caso, La Vanguardia cuenta muy de refilón en esta frase como el Partido Socialista, al ver que no ha entrado por pocos votos en el Parlamente, ha iniciado precisamente el recurso de ilegalidad completo del proceso basándose precisamente en la poca claridad de poder convocar nuevas elecciones en un tiempo tan corto.

Y por supuesto hay otras cosas sobre las que La Vanguardia no se mete como las oscuras relaciones entre Yulia Timoshenko y el sector del gas, lo cual puede ser usado por Rusia para presionar cosas que a La Vanguardia y a los 'buenos' no les gustaría. Claro que a quien le importa lo que le guste a un periodico manipulador como La Vanguardia.

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