Operación Rey

Después del fin de semana, ya creo que se podría hacer un análisis de como está la situación en el frente republicano o antimonárquico, o será simplemente antiborbónico?? Vayase a saber.

Un vistazo a la prensa y ya no hay ninguna referencia a cosas como quema de fotos y semejantes. Aunque solo he mirado por encima La Vanguardia, El País y El Mundo. Por lo tanto se puede decir, que una vez acabada la polémica en la prensa escrita y desde luego en la tele, ya se acabó el problema. O la noticia, o era sólo un suceso? una anécdota quizás?

Sin embargo, precisamente ahora es cuando se puede analizar lo que ha pasado.
Si hemos de hacer caso a la lógica, toda la fúria republicana, se desencadenó a raíz del asunto de El Jueves. Desde luego que mala para para la monarquía. Quizás la misma viñeta apareciendo en páginas interiores no hubiera llamado la atención. Pero la portada de El Jueves, ¡¡¡El Jueves!!!, conocido que no comprado por todo el mundo, a la vista de todo el mundo, en los kioskos de todo el estado, pues es de suponer que era demasiado para la sensibilidad monárquica.

Así que alguien se las apañó para con torpeza inusitada secuestrar la publicación. Eso fue lo peor que podrían haber hecho. Incluso se puede pensar en una conspiración. Porque las prisas en la acción legal, aparte de demostrar que la justicia en España es de todo menos independiente, llamó demasiado la atención a demasiada gente.

Fallo de cálculo? Decisión tomada en caliente? Quizás, posiblemente. Se debería analizar lo que se digo desde la Casa del Rey sobre la cuestión. Por supuesto arrojar la piedra y esconder la mano. O quizás no? Vayase a saber.

Sin embargo lo que me interesa es lo que pasó a continuación. La ola de antimonarquismo, el olor rancio a la censura, el hartazgo al sistema político, la toma de conciencia de la insuficiencia del sistema... cualquier cosa moviliza a una gran mayoría de opinión. Joderrrrrr, que es El Jueves. ¿Quien no ha ojeado El Jueves?. Realmente hay poca gente, sobretodo de izquierdas, a quien El Jueves no le pueda gustar, por más que no lo compre, alguna vez se ha leído, en casa de amigos o amigas, o donde sea. Si hay que elegir quien te cae más simpático, si la monarquía o El Jueves, es que para una gran capa de la población no hay color.

Pero es que además todo olía a rancio, a otros tiempos e incluso sorprendía a quienes están demasiado convencidos de la libertad de prensa. Todo muy chungo para la monarquía. Flaco favor al celo excesivo del cuidado de la imagen pública de una familia que realmente no se sabe como es de tanto guardarla en su urna de cristal.
Como decía el New Yorker, en 1996, al rey se le conocen defectos y virtudes pero se le recuerda por su supuesta defensa de la democracia, por la imagen de reformador del sistema político, moderador en el mismo. Y pesa más lo que tiene de bueno que de malo. Claro que lo que tiene de malo apenas se conoce. Y lo que tiene de bueno pues quizás se le ponen medallas que no lo son.
En todo caso, como decía de New Yorker, la monarquía en España se mantendrá mientras sea útil. Así que lo de El Jueves fue un gran tropezón.

Y después vino el asuntillo de la quema de fotos. Unos adolescentes en la provincia menos española de España, quemando fotos del monarca por su visita oficial. Y yo me pregunto, ¿cuando se planifico esa visita?. Quizás si se planificara después de El Jueves ya tenemos algunas respuestas.
Fue un acto de provocación calculado?
En todo caso la acción estaba clara y tendría como meta el 12 de Octubre, fecha de ensalzación de no se qué. Para la mayoría puente, sin más. Así que previamente se debería dejar claro que el sentimiento antimonárquico era algo relacionado con unos bárbaros independentistas.
La jugada es arriesgada. Identificar al rey con la unidad de España. Ideológicamente sencilla para Juan Carlos Borbón. En el ambiente de opinión pública de los madriles puede resultar. Evitar la subida del republicanismo identificándolo con algo ajeno y a la vez reforzar la figura de la monarquía como garante de la unidad de las Españas.

La prensa juega el juego. Amplio despliege de medios para unas fotos quemadas. Y sospecho que si no hubiera habido fotos quemadas se hubieran quemado igualmente. Y la prensa dale que te dale, identificandolo con la acción propia del catalanismo republicano e independentista. Aunque Carod y el resto de botiflers no digan nada. Sólo Anasagasti salta a la palestra. Muy curioso, otro vasco, otro de esos independentistas antiespañoles. Naturalmente las protestas republicanas en Vallecas o en otras partes del cinturon rojo de Madrid son acalladas. Presentados ante los medios como cuatro locos antisistema, ante el apoyo 'mayoritario' de la población. Lástima que en esos lances no salgan panorámicas ni giros de cámara de 360 grados. La pobre familia real, atacada por los elementos más desestabilizadores de España. Pobres.
Solo desde esta prespectiva se puede entender lo poco de los ataques a Anasagasti, un señor que 'solo buscaba el protagonismo mediatico' cuan otro concursante de telecirco. Y solo desde este planteamiento de que lo de Anasagasti formaba parte de un todo, se entiende la falta de movimiento de los políticos ante tamaño agitador.

Y naturalmente, una vez acallados los focos, después de que la propia prensa nos hiciera mirar hacia el movimiento 'pendular' de apoyo al rey, después de todo ello, acabando diciendo en viles editoriales que salen de la imaginación de los que aun piensan que tienen todas las claves del control de la información, se acaba enterrando el movimiento republicano. Se cierra la operación Gerona, con el rey presidiendo el desfile patrio, Rajoy hablando de banderas, y Zp silvado por personajes siniestros de caspa vestida de visón, gafas oscuras e ideología franquista.

Pues nada, todo ha salido bien. Si es que lo que puedo decir se asoma a una realidad. Realidad ficticia? o imaginacion desbordante? o quizás todo parecido con la realidad se queda corto?.
Salvo que los medios de comunicación siguen perdiendo enteros en su credibilidad, y que el poso del republicanismo, sea periférico ya sea de la periferia española provinciana y extraña que se opone a reconocer la superioridad del español que no castellano, y la periferia roja, de sirvientes y servidores sin voz ni voto en la España del barrio de Salamanca, pues ese poso aumenta poco a poco.

Y lo peor es la sensación de que el modelo 'democrático' se ha desprestigiado, a perdido puntos, por más que la tele siga insistiendo que aquí no ha pasado nada.